Es reconocida como la zona con más campamentos en el país sudamericano
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Antofagasta o “Antofalombia” por la cantidad de migrantes de origen colombiano que han llegado en los últimos años a esta ciudad del norte de Chile. Sin embargo, la mayoría de ellos son bolivianos (38,4%) y los cafeteros representan el 30,6% y los peruanos representan el 17,8%.
Antofagasta es la ciudad donde se concentra la industria del cobre, principal recurso de exportación de Chile; y para los migrantes esta ciudad se hace atractiva por la baja tasa de criminalidad y sistema de educación y salud.
Sin embrago al igual que las grandes ciudades de Chile, Antofagasta también tiene las llamadas “tomas” (terrenos estatales o particulares donde se instalan familias sin permisos, luz eléctrica ni agua potable).
La Encuesta de Antecedentes Previos (EAP 2017) de Techo Chile, detectó que un 89,2% de quienes viven en campamentos en la Región de Antofagasta, son extranjeros y un 10,8%, son chilenos. Entre los extranjeros, predomina la nacionalidad colombiana, con un 52,7%.
Campamento Luz Divina
El padre Felipe Berríos sj, uno de los sacerdotes más mediáticos Chile, vive en una toma llamada Campamento Luz Divina más conocida como “el mall” porque todo el material de construcción y para amoblar una casa es sacado de un basural.
En este campamento viven 115 familias, entre colombianas, chilenas, peruanas y bolivianas; donde la convivencia se basa en la ayuda mutua. Berríos llama a este campamento “un barrio transitorio”, porque el Estado ha intervenido en la construcción de comedores, centros de estudios, bibliotecas y una iglesia, entre otras cosas. Las familias están de salida del barrio, porque casi todas tienen aceptado un subsidio para comprar viviendas en la ciudad. Las casas del campamento serán ocupadas por inmigrantes recién llegados.
Luz Divina no es el campamento tradicional, aquí hay reglas: no se puede vender tragos alcohólicos, no se puede vender cigarros. Se puede compartir en una casa sólo hasta cierta hora, para no molestar a los vecinos. Hora límite, fin de semana: 3 de la madrugada; los sábados a misa; los vecinos deben ser tolerantes con otros vecinos y están prohibidas las agresiones físicas y verbales.
Esto lo explicaba Jennifre, peruana, al The Clinic: “Si hay un problema con una vecina o vecino, a los primeros que tenemos que recurrir es a los jefes o jefas de pasajes. Ellos son los mediadores. Se hace una reunión, se conversa. Luego de esto se va a la presidenta del campamento. Si no hay solución, se llega al Padre Felipe Berríos. Aquel es el conducto”, afirma.
En el campamento “Nuevo Amanecer Latino” del sector Los Arenales funciona la panadería solidaria donde la señora Lorenza Vaca, de Santa Cruz de la Sierra de Bolivia, se levanta a las 4 de la mañana para amasar el pan boliviano, y una colombiana se encarga del pan colombiano, y también del pan chileno, las hallullas. “Esta panadería beneficia a todos los que vivimos en el campamento, porque se vende a bajo precio. Se entregan cinco panes por personas a mil pesos (US$2.-)” relata la señora Lorenza.
Para Gonzalo Rodríguez, director social de Techo Chile “La minería influye principalmente en los precios de arriendo que hay hoy día y del suelo en la región, un 85% de las personas llegan a los campamentos es porque no podían pagar arriendo porque el costo es en promedio de $178 mil mensuales (US$340). El sueldo mínimo en Chile es de $288.000 pesos (US$460), entonces para nadie es sostenible poder pagar arriendo si no se puede llegar a fin de mes”, dijo a Emol.