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El Papa pide no ceder iglesias que se convierten en discotecas

La ex Chiesa di San Giuseppe della Pace a Milano, diventata il Gattopardo, disco club

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 29/11/18
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No pone obstáculo a vender bienes culturales de la Iglesia si son para dar de comer a los pobres y hacer obras de caridadEl papa Francisco recomendó “encarecidamente” a los obispos que lo piensen bien antes de dar  en “cesión” una iglesia que ya no se usa para el culto, pues “no debe ser la primera y la única solución en la que pensar, ni jamás debe llevarse a cabo con escándalo de los fieles”. 

Lo dijo a través de una mensaje a los participantes en el Congreso “¿Dios ya no vive aquí? Sobre la cesión de lugares de culto y gestión integrada de los bienes culturales eclesiásticos” realizado en la Pontificia Universidad Gregoriana del 29 al 30 de noviembre de 2018.

Francisco se refirió al escándalo de los fieles, tal como ocurrió en Praga, donde un edificio sagrado barroco se ha convertido en un club nocturno (Church Club Prague) y publicitado como una de las principales metas turísticas de la capital de la República Checa. 

“En el caso de que fuera necesario, debería incluirse a tiempo en la programación pastoral ordinaria, ir precedida de una información adecuada y ser lo más posible compartida”, sostuvo Francisco en la misiva dirigida al  cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, dicasterio vaticano que ha convocado el congreso en colaboración con la Conferencia Episcopal Italiana. 

En efecto, En Europa y en varios países, las iglesias cierran planteando interrogantes sobre la reutilización (y mantenimiento) de los ex edificios sagrados.

Francisco siguiendo la línea del congreso constata que “muchas iglesias, necesarias hasta hace algunos años, ahora ya no lo son, debido a la falta de fieles y del clero, o a una distribución diferente de la población en las ciudades y en las áreas rurales, debe ser vista en la Iglesia no con ansiedad, sino como un signo de los tiempos que nos invita a la reflexión y nos obliga a adaptarnos”. 

El Obispo de Roma ofrece una visión esperanzadora cuando sostiene “la superioridad del tiempo sobre el espacio” y declara que “«el tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno» (Evangelii Gaudium n. 223). 

“Esta reflexión, iniciada desde hace tiempo a nivel técnico en el ámbito académico y profesional, ya ha sido abordada por algunos episcopados. La contribución de este congreso es ciertamente la de hacer que las personas perciban la amplitud de la problemática, pero también la de compartir experiencias virtuosas, gracias a la presencia de los delegados de las Conferencias Episcopales de Europa y de algunos países de América del Norte y Oceanía”, sostiene en el mensaje.

El Papa recomendó encarecidamente a los obispos tomar “las decisiones concretas”, “resultado de una reflexión coral llevada a cabo dentro de la comunidad cristiana y en diálogo con la comunidad civil”. 

“La cesión no debe ser la primera y la única solución en la que pensar, ni jamás debe llevarse a cabo con escándalo de fieles. En el caso de que fuera necesario, debería incluirse a tiempo en la programación pastoral ordinaria, ir precedida de una información adecuada y ser lo más posible compartida”.

“También – señaló-  la construcción de una iglesia o su nuevo destino no son operaciones que pueden tratarse solamente desde un punto de vista técnico o económico, sino que deben evaluarse según el espíritu de profecía: a través de ellas, en efecto, pasa el testimonio de la fe de la Iglesia, que recibe y valoriza la presencia de su Señor en la historia”.

En este contexto, el papa Francisco insta a “usar adecuadamente” los bienes culturales de la Iglesia, incluidos los templos que ya no se usan para el culto, como parte parte del patrimonio histórico y de fe. 

Además, Francisco aceptando que los bienes de la iglesia pueden servir a los pobres en caso de necesidad recuerda “a san Lorenzo en el acto de vender los preciosos objetos de culto y de distribuir las ganancias conseguidas a los pobres”. 

El Obispo de Roma no pone obstáculo a vender bienes culturales de la Iglesia si son para dar de comer a los pobres y hacer obras de caridad.

“Se ve claramente, por ejemplo, en la Passio del mártir romano Lorenzo, donde se narra que «habiendo recibido la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, mostró al tirano, bromeando, los pobres, que habían alimentado y vestido con los bienes dados en limosnas» (Martyrologium Romanum, editio altera, Typis Vaticanis 2004, 444)”. 

Entretanto recuerda la iconografía “sagrada” que a menudo “ha interpretado esta tradición mostrando a san Lorenzo en el acto de vender los preciosos objetos de culto y de distribuir las ganancias conseguidas a los pobres”. 

Esto, indicó, constituye una enseñanza eclesial constante que, si bien inculca el deber de protección y conservación de los bienes de la Iglesia, y en particular de los bienes culturales, declara que no tienen un valor absoluto, sino que en caso de necesidad deben servir al mayor bien del ser humano y especialmente al servicio de los pobres”. 

En su discurso indicó que “de hecho, forman parte, en primer lugar de esas «cosas» que son (o han sido) instrumentos del culto, «signos santos». Pues, “el sentido común de los fieles percibe en los entornos y los objetos destinados al culto la permanencia de una suerte de huella que no desaparece incluso después de que hayan perdido ese destino”.

Precisamente, según datos recogidos en 2015 por el diario norteamericano, Wall Street Journal, en Inglaterra cierran unas veinte iglesias al año, en Alemania 515 han cesado en sus funciones en los últimos años. Por ejemplo en los Países Bajos la tendencia a dejar los lugares de culto crece más rápidamente, y se estima que cerrarán 700 iglesias en lo próximos cuatro años. En España, la antigua iglesia del convento de San Antonio del Real de Salamanca ha sido convertida en una tienda ZARA. O la capilla de la Calle de la Bolsa de Madrid, transformada en un restaurante de lujo.

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