Con motivo del lanzamiento del Concierto de Navidad en el Vaticano, Aleteia conversó con monseñor Angelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede La mitad de las personas refugiadas o desplazadas en el mundo son niños y niñas. De estos 30 millones de menores, más de un 36% no tiene acceso a la escuela.
Por eso, el papa Francisco ha insistido mucho en la educación y en relanzar iniciativas caritativas como el Concierto de Navidad en el Vaticano que se emitirá el próximo 24 de diciembre 2018 en varias televisiones del mundo para recoger dinero y financiar programas de formación y escolarización en dos campos prófugos en Iraq y Uganda.
La iniciativa es promovida por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede en apoyo de Scholas Occurrentes (www.scholasocurrentes.org) y las Misiones de Don Bosco (www.missionidonbosco.org).
Para entender la dimensión del problema un refugiado se enfrenta a 17 años de media en un campo. Sin acceso a educación, las posibilidades de miles de niños de labrarse un futuro quedan anuladas a causa de las guerras en sus países de origen.
Así, con motivo del lanzamiento del Concierto de Navidad en el Vaticano este lunes 26 de noviembre de 2018 en la sede de Radio Vaticano y para reflexionar sobre la narrativa negativa contra migrantes y refugiados que persiste en occidente, conversamos con monseñor Angelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica.
Éstos son los grandes problemas de los refugiados:
“El Papa estaba muy contento cuando le propusimos esta iniciativa. Nosotros consideramos que era importante porque lamentablemente es un fenómeno que está en aumento. Por ejemplo pensamos a otras realidades como Venezuela donde tenemos señales continuas”.
En efecto, en Colombia, Unicef informó que hay 438.000 niños venezolanos refugiados en los países colindantes necesitados de asistencia y, obviamente problemas para la integración escolar de los menores.
Se trata de un problema global que tiene matices. Monseñor Angelo Vincenzo Zani manifestó que “la semana pasada encontramos a los obispos maronitas… y nos contaban de la situación del Líbano. Uno de los países más pequeños del Oriente Medio, pero el más acogedor. También a nivel de cobertura universitaria, donde se ofrecen programas de asistencia psicológica a personas profundamente heridas por esta experiencia”.
Reconstruir la dignidad es difícil
Asimismo, manifestó que los prófugos y refugiados viven con “heridas interiores que no se ven”. Pues, argumentó, “destruyes una casa, la reconstruyes. Pero reconstruir la dignidad humana de una persona es un camino largo. Por este motivo trabajamos en la educación.
Porque es el instrumento, aunque frágil, pero es más eficaz para ir a tocar la identidad de la persona y el desarrollo de sus talentos para que tengan esperanza y un futuro”.
Decadencia en la política
El secretario de la Congregación para la Educación Católica reflexionó también sobre el uso instrumental, especialmente en Occidente, por parte de la política de mensajes cargados de odio contra prófugos, migrantes y solicitantes de asilo.
“Todos observamos este fenómeno. No quiero expresar juicios sobre las personas. Pero, digamos que en la situación actual me parece observar una deficiencia; una fuerte decadencia en la política y un aumento de intereses personales, búsqueda de consenso y de una política de bajo perfil”, manifestó el arzobispo italiano.
Poder como servicio
“La búsqueda de poder – continuó – para garantizar posiciones, pero que desatiende la polis, es decir construir la ciudad del hombre, del bien común. Esto es un fenómeno creciente que vemos hoy en todos los países del mundo. Aquí la educación tiene una tarea. Todos deberíamos tender a mejorar nuestra educación desde quien ocupa posiciones de poder en la política como quien sirve en la Iglesia“. Educar para “entender el poder como servicio y no como autoafirmación”.
¿Qué está sucediendo con la cristiana Europa?
En contraste hay países pequeños como Uganda, países de mayoría musulmán como el Líbano, o Colombia que entre muchas dificultades, acogen como pueden. “Si, es el drama que estamos viviendo en este momento. La Iglesia no puede sustituirse a quien ocupa lugares de responsabilidad en la política, su papel es otro; el papel del servicio, de la pastoral, de la formación y de la educación”, expresó el prelado.
“Lamentablemente vemos que se combinan los instrumentos del poder con los mediáticos con mensajes que circulan hoy y que son mensajes muchas veces superficiales e instrumentales y pensados para otros objetivos.
En este sentido, los medios de comunicación son más potentes respecto al pasado y si son utilizados bien se consiguen grandes objetivo, pero si no… Entonces vemos que las personas no leen, no se documentan y consumen mensajes fuera de contexto, sintéticos, manipulados.
Y esto plasma la identidad de la gente. También de los cristianos que no se documentan, que no hacen un esfuerzo para buscar la verdad”.
Educación salida para niños y niñas refugiados
Los conflictos tienen un enorme impacto en la educación y en las vidas de los niños y niñas.La emergencia educativa es tal que solo en Siria, de los 4,8 millones de niños sirios en edad escolar, aproximadamente 2,2 millones están sin escolarizar dentro del país.
Además, la situación de los que salen del país es aún peor, dos tercios de los niños y niñas refugiados sirios tampoco tienen acceso a la escuela.
Según datos de la ONU, además, hay en el mundo 230 millones de niños y niñas que, sin haber abandonado sus hogares, viven en países afectados por conflictos armados. Por ejemplo, más de un millón y medio de niños y niñas en Sudán del Sur, no ha conocido otra realidad que la de las zonas de desplazamiento y campos de refugiados.
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