Audiencia General del miércoles, el Pontífice dedica la catequesis al tema: “No dirás falso testimonio ni mentirás” El papa Francisco advirtió sobre los chismorreos que asesinan la reputación de los otros e invitó a los fieles a no ser terroristas que lanzan bombas hechas de mentiras y falsedad, reunidos en la Plaza de San Pedro para la Audiencia General del miércoles 14 de noviembre de 2018.
La catequesis del Papa estuvo centrada hoy sobre el tema: “No dirás falso testimonio ni mentirás” (Mateo 5, 14-16).
El Papa insistió en este mandamiento que prohíbe falsificar la verdad en las relaciones con los demás. “Vivir con comunicaciones no auténticas es grave” y, por lo tanto, “donde hay mentiras no hay amor. No puede ser verdadero amor”, destacó.
Remarcó que la comunicación entre las personas “no es solo con palabras, sino también con gestos y actitudes, hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice”.
El Papa destacó que a veces nos justificamos diciendo: “¡Pero dije todo lo que sentía!” – Sí, pero has absolutizado tu punto de vista –
O también: “¡Solo dije la verdad!”. Tal vez, pero has revelado algunos hechos personales o confidenciales. ¡Cuánto chismorreo destruye la comunión por impropiedad o falta de delicadeza!”.
Y sucesivamente, sin papeles en mano dijo: ¡De hecho, los chismorreos matan! Y esto lo dice el apóstol Santiago en su carta: El ‘chismoso, la habladora’, son personas que matan los otros porque la lengua asesina como un cuchillo.
¡Tengan cuidado! El chismoso, la chismosa es una terrorista porque con su lengua bota la bomba y se va: Eso que dice, esa bomba que bota, destruye la reputación del otro. Y él se va tranquilo. No se olviden: ¡chismorrear es asesinar!”, explicó el Papa.
¿Qué es la verdad?
“De hecho, las palabras “No darás falso testimonio contra tu prójimo” pertenecen al lenguaje forense. “Los evangelios culminan en el relato de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús; y esta es la historia de un juicio, de la ejecución de la sentencia y de una consecuencia inaudita”.
“Entonces, ¿qué es la verdad? Esta fue la pregunta que hizo Pilatos a Jesús en el proceso que lo llevaría a morir en la cruz”.
Jesús había afirmado: «Para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad». Con su pasión y su muerte, demuestra que él mismo es la realización plena de la Verdad, pues su vida fue un reflejo de la relación con el Padre”, añadió Francisco.
“En su manera de vivir y morir, cada acto humano, por pequeño o grande que sea, afirma o niega esta verdad. «No dar falso testimonio, ni mentir», implica vivir como hijos de Dios, dejando que en cada acto se refleje que él es nuestro Padre y que confiamos en él”.
El Papa saludó cordialmente a los peregrinos y les animó “a vivir como hijos que saben que Dios los ama, y que con esa conciencia puedan construir cada vez más una sociedad fundamentada en la sinceridad y en la verdad”.
La audiencia general se concluyó con el canto del Padre Nuestro y la Bendición Apostólica.