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¿Los consejos de las revistas ayudan a mejorar nuestra alimentación y salud?

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María Eugenia Brun - publicado el 05/11/18
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Ya lo decía el franciscano español Fray Antonio de Guevara: “El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y los saben hacer muy pocos”

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¿A que cuando vas a la peluquería sueles coger alguna revista de moda, belleza o famoseo mientras esperas tu turno para arreglarte el cabello? Claro que sí, y ya que estamos pensamos sacar de allí algún  consejito que nos ayude a quitar ese rollito que apareció de repente en nuestra cintura. O tal vez, cuando consultas tu revista online favorita en la que encuentras consejos para todo, tal vez te revele algún secreto de la alimentación de las famosas para tener un cuerpo “perfecto”. Pero, ¿nos conviene realmente poner en práctica estos consejos nutricionales? 

Depende. Debemos tener una mirada crítica a la hora de consumir estos contenidos dirigidos a un público mayoritariamente femenino,  joven e incluso adolescente. Suelen hablar mucho de alimentación pero es común que no estén elaborados por profesionales expertos en nutrición y esto puede ser un problema porque sus jóvenes lectores suelen seguir al pie de la letra unos consejos que podrían poner en riesgo su salud.

A veces en lugar de informarnos, estos artículos nos confunden y nos generan falsas expectativas. Por ejemplo, durante la adolescencia, una etapa en la que las chicas quieren sentirse atractivas y bellas, las  revistas pueden generar en ellas la necesidad  de adelgazar cuando ellas no lo necesitan pues su peso es normal.

Como profesional de la nutrición me pregunto si realmente las revistas promueven una alimentación saludable o más bien todo lo contrario. Considero una gran responsabilidad la información que proporcionamos a nuestros lectores a la hora de recomendarles y de brindarles consejos relacionados con la alimentación porque todo cambio o modelo de consumo que se propone a la persona va a repercutir en su salud y en su vida diaria.

La información nutricional puede por una parte malinterpretarse o bien llevar a la confusión a los lectores. No es lo mismo, por ejemplo, recomendar lácteos de postre (algo que puede llevar a elecciones poco saludables) que sugerir como postre un yogur natural sin azúcar. Y es que cualquier consejo tiene una gran trascendencia y es por ello que no ha de hacerse a la ligera.

Lo cierto es que considero difícil encontrar en revistas de belleza, blogs de influencers o programas de televisión que promocionen realmente una buena alimentación porque en mayoría de medios encuentro más interés por lograr un ideal estético, por alcanzar el cuerpo 10, que por mejorar la salud a través de la alimentación. Sus referentes suelen ser los famosos en lugar de personas como tú y como yo. 

Por ello entre sus contenidos predominan los temas relacionados con el peso y el cuerpo perfecto: cómo bajar unos kilos; tener un abdomen plano; alimentos depurativos; dietas milagro, etcétera. Así como alguna persona estos consejos le pueden funcionar, a la gran mayoría seguramente no, porque cada persona es única, no todas tienen el mismo cuerpo, la misma altura, el mismo metabolismo o las mismas necesidades nutricionales. 

En conclusión, considero muy bueno que exista interés en la alimentación y que los lectores busquen la manera de mejorarla. Es una muy buena noticia pero también es fundamental buscar una información que realmente nos ayude a conseguirlo. Para ello hemos de asegurarnos que esa información sea honesta, objetiva y de confianza. Como decía Santa Teresa de Jesús: “Nada se aprende sin un poco de trabajo”. Así que seguramente el consejo nutricional saludable no sea tan fácil como muchos lo plantean. Mejorar la alimentación o abandonar un hábito alimentario malo requiere trabajo y perseverancia.

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¿En qué debemos fijarnos a la hora de leer un artículo sobre alimentación?

  1. Preguntarnos si esa información está escrita por un profesional de la nutrición o es rigurosa y cuenta con el aval de profesionales de la salud. ¿Quién firma? ¿En qué se basa para realizar esta recomendación? ¿Me es útil a mi o no?
  2. Fijarse si incluyen consejos basados en información científicamente contrastada y, más allá de eso, si promueven realmente una actitud favorable hacia la alimentación saludable.
  3. Advertir si detrás del artículo hay una empresa que lo auspicia o recomienda el consumo de cierto alimento por un interés puramente comercial.
  4. Ante la duda, preguntar a algún profesional de la nutrición.

La nutrición es un área que está en constante crecimiento, en donde se investiga todos los días por ser un área del saber que afecta a toda la población. Todos comemos y estamos en permanente contacto con los alimentos. Por ello es importante que estos avances, novedades e investigaciones se trasmitan de manera adecuada. Para ello necesitamos y merecemos tener a nuestro alcance  información fiable que nos permita tomar buenas decisiones.

 

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