Código de Conducta y retiro: Los obispos de Estados Unidos se aplican frente a la crisisEn casi todas las diócesis de Estados Unidos, concretamente a partir de la reunión anual celebrada en Dallas (2002), cuando enfrentaron los escándalos sexuales ocurridos en la arquidiócesis de Boston, existe un código de conducta para los sacerdotes y para los laicos empleados en las diócesis o las arquidiócesis. Pero no hay uno similar para los obispos.
El arzobispo de Houston-Galveston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), cardenal Daniel N. DiNardo, quien está presente en Roma para el Sínodo de los Jóvenes, advirtió, en conferencia de prensa, que es muy probable que está exclusión acabe pronto: los obispos estadounidenses han aprendido la dura lección.
Objetivo: evitar abusos
Tras los escándalos propiciados por la conducta del ex cardenal Theodor McCarrick y lo exhibido por el Gran Jurado de Pensilvania, los obispos estadounidenses preparan la agenda de la próxima reunión de la USCCB a celebrarse en noviembre con la necesidad de enfrentar el descrédito y las horas oscuras por las que pasa la Iglesia católica de ese país.
Una de las maneras de enfrentar la crisis de abuso y, en particular, el tema del comportamiento y la responsabilidad de los obispos, será redactar, finalmente, un estricto Código de Conducta Episcopal que impida encubrimientos y complicidades de los prelados con los sacerdotes abusadores y su propio abuso de autoridad para con los seminaristas.
Otro manera de enfrentar la crisis desatada, en parte, por las cartas del ex nuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, será establecer un “sistema de informes de terceros” que permitiría a una persona con una queja de abuso contra un obispo, informarle a alguien que no esté relacionado con su diócesis o a la conferencia de obispos tanto regional como nacional.
Oración y ayuno
“Todo esto involucra temas que vamos a tener que discernir”, dijo el cardenal DiNardo a Catholic News Service. “Queremos hacer algo que ayude a intensificar nuestro compromiso con el cambio y para que se produzca un cambio real, los obispos deben colaborar entre sí y con expertos laicos”.
El cardenal DiNardo enfatizó que los obispos comenzarían su reunión de otoño el 12 de noviembre con algunos asuntos introductorios, pero luego irían directamente a un día de oración y ayuno centrado en la crisis de abuso.
Muchos de los temas que los obispos estadounidenses debían considerar en la reunión de noviembre se pospondrán para dedicar más tiempo a considerar medidas concretas a tomar en respuesta a la crisis de abuso. Sin embargo, dijo DiNardo, votarán sobre la carta pastoral contra el racismo que se ha venido preparando desde hace más de un año.
Un retiro para sanar
Por otro lado, se informó que los obispos de Estados Unidos comenzarán el 2019 con un retiro espiritual “para orar y reflexionar sobre los asuntos importantes que enfrenta la Iglesia católica” en ese país.
Programado para el 2 y 8 de enero en el Seminario Mundelein cerca de Chicago, el retiro fue planeado en respuesta a la solicitud del Papa Francisco a una delegación de líderes de la USCCB, encabezada por el propio cardenal DiNardo y el arzobispo José Gómez (Los Ángeles), durante una reunión en el Vaticano el 13 de septiembre.
La reunión con el Papa se centró en la respuesta de los obispos de Estados Unidos a la creciente crisis de abuso sexual del clero. El padre capuchino Raniero Cantalamessa, predicador de la casa papal, dirigirá el retiro de estilo ignaciano, según anunció la USCCB.