En el Ángelus, el Pontífice destacó que el Sínodo apenas inicia. Remarcó la importancia del método que se llevará a todas las iglesias del mundo: escucha y discernimiento
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El papa Francisco explicó durante el Angelus de hoy que “el primer fruto” del Sínodo ha sido el “método” y no “la redacción de un documento”, que también “es valioso y útil”.
Sin embargo, más que el documento, “es importante que se extienda una forma de ser y trabajar juntos, jóvenes y viejos, en la escucha y el discernimiento, para alcanzar objetivos pastorales que respondan a la realidad”.
Desde la ventana del Estudio del Palacio Apostólico, Francisco recitó el Ángelus con los fieles y los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la cita habitual del domingo. Y mencionó que esta mañana en la Basílica de San Pedro celebró la misa de clausura del Sínodo dedicado a los jóvenes (3-28 de octubre 2018).
El Papa reflexionó sobre la primera lectura del profeta Jeremías (31: 7-9), que es “una palabra de esperanza que Dios le da a su pueblo”.
Asimismo, rememoró que es una palabra de “consuelo” para las personas en “dificultad”. “Porque la esperanza de Dios no es un espejismo, como ciertos anuncios publicitarios donde todos están sanos y hermosos, sino que es una promesa para personas reales, con fortalezas y debilidades, potencialidad y fragilidad”.
Francisco destacó que el Sínodo fue una experiencia de consuelo y esperanza. “En primer lugar – destacó -, fue un momento de escucha: de hecho, escuchar requiere tiempo, atención, apertura de mente y corazón”.
“Pero este compromiso se transformó cada día en consuelo, sobre todo porque teníamos entre nosotros la presencia animada y estimulante de los jóvenes, con sus historias y sus contribuciones”.
Subrayó que “a través de los testimonios de los Padres sinodales, la realidad multifacética de las nuevas generaciones ha entrado en el Aula”; desde todos los continentes y muchas “situaciones humanas y sociales diferentes”.
Francisco describió esta “actitud fundamental de escuchar”, para tratar de leer “la realidad, de captar los signos de nuestros tiempos”.
“El discernimiento comunitario, hecho a la luz de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo. Este es uno de los regalos más hermosos que el Señor hace a la Iglesia Católica, es decir, reunir voces y rostros de las realidades más variadas”, añadió.
Entonces, en estos días, indicó que se discutió en cómo caminar junto y con los jóvenes en el “mundo digital, el fenómeno de la migración, el sentido del cuerpo y la sexualidad, el drama de las guerras y de la violencia”.
“Los frutos de este trabajo ya están “fermentando”, al igual que el jugo de uva en los barriles después de la cosecha. El Sínodo Juvenil fue una buena cosecha, y promete buen vino”.
El Papa invocó la “intercesión de la Virgen María. A ella, que es la Madre de la Iglesia, confiamos la acción de gracias a Dios por el don de esta Asamblea sinodal”. “Que el Espíritu Santo haga crecer los frutos de nuestro trabajo con su sabia imaginación, para seguir caminando juntos con los jóvenes de todo el mundo”.
Al final del Ángelus, el Pontífice expresó su cercanía a “la ciudad de Pittsburgh, en los Estados Unidos de América, y en particular a la comunidad judía, golpeada ayer por un terrible ataque en la sinagoga”. Y dijo: “todos estamos heridos por este acto inhumano de violencia”.
Exhortó por “el respeto por la vida, los valores morales y civiles, y el santo temor de Dios, que es Amor y Padre de todos”.
Los nuevos beatos en Guatemala
El Sucesor de Pedro también habló de la beatificación que tuvo lugar ayer en Morales, Guatemala, de los nuevos beatos: José Tullio Maruzzo, religioso de los Hermanos Menores, y Luis Obdulio Arroyo Navarro.
Asimismo, rememoró que los beatos fueron “asesinados por odio a la fe” durante “la persecución contra la Iglesia, comprometidos a promover la justicia y paz”. “Alabamos al Señor y confiamos a su intercesión a la Iglesia de Guatemala, ya todos los hermanos y hermanas que, lamentablemente, aún hoy, en varias partes del mundo, son perseguidos porque son testigos del Evangelio”.
El Papa celebró hoy “la fiesta del Señor de los Milagros, muy sentida en Lima y en todo el Perú”. “Extiendo un pensamiento agradecido al pueblo peruano y a la comunidad peruana de Roma.
Y por último, saludó con afecto “a la comunidad venezolana en Italia, reunida aquí con la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, La Chinita”.