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El papa Francisco pide evitar el error que llevó a Hitler al poder 

MARIA KWAŚNIEWSKA
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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 25/10/18
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El Pontífice invita a no vivir para sembrar la “semilla del odio” alimentada por populismos: “aprender de los errores” del pasado y cita también la Reforma: hubo “odio de ambos lados”El papa Francisco instó a que los jóvenes de hoy conozcan la historia para no “caer el mismo error. Que ellos conozcan como crece un populismo: por ejemplo, pensemos al ‘32- ‘33 de Hitler, de ese jovencito, que había prometido el desarrollo de Alemania después de un gobierno que había fracasado”.

El Pontífice respondió a las preguntas de varios ancianos y jóvenes durante el evento especial: “La sabiduría del tiempo” – encuentro al margen, pero con motivo del Sínodo (3-28 de octubre) que tuvo lugar el 23 de octubre de 2018, en el Instituto Patristico Augustinianum de Roma, cuyo texto integral ha sido publicado hoy por la oficina de prensa de la Santa Sede.

Aprendí de la guerra con mi abuelo 

“Los jóvenes no tienen la experiencia de las dos guerras. Yo he aprendido de mi abuelo que vivió la primera, en el Piave, aprendí tantas cosas, de su historia”, expresó Francisco al responder a la pregunta que le dirigió la señora Fiorella Bacherini, Italia, 83 años, madre de tres hijos, uno de ellos jesuita. 

Ella que también vivió la guerra y la sufrió siendo niña constató que ve “crecer las divisiones y la violencia” en el mundo actual. Y citó el caso de los refugiados tratados con “dureza y crueldad”. El Papa subrayó la frase de la señora: “No quiero discutir de política, hablo de humanidad”. 

¿Qué deja una guerra?

“¿Qué deja una guerra? se preguntó Francisco: “Millones de muertos, una gran masacre. Luego vino la segunda, y ésta la conocí en Buenos Aires con tantos migrantes que llegaron: muchos, muchos, muchos, después  de la Segunda Guerra Mundial. Italianos, polacos, alemanes … muchos, muchos. Y al escucharlos, todos entendimos lo que era una guerra”. 

Por ello, indicó que es “importante que los jóvenes conozcan los efectos de las dos guerras del siglo pasado: es un tesoro, negativo, pero un tesoro para transmitir, para crear conciencias. Un tesoro que hizo crecer el arte italiano: el cine después de la guerra es una escuela de humanismo”, abundó. 

Francisco instó a que los jóvenes conozcan la historia para no “caer en el mismo error”, en tiempos en los que varios países de Europa y América se enfrentan a la amenaza del populismo. 

Basta de “sembrar odio”

Francisco consideró que no se puede vivir para “sembrar odio”. Luego citó un periodo oscuro para la religión: “Pensemos en la Reforma: hemos sembrado tanto odio, desde los dos lados, protestantes y católicos”.  

“Dije esto explícitamente a Lund [en Suecia, en el encuentro  ecuménico], y ahora, durante 50 años, poco a poco nos hemos dado cuenta de que no era ese el camino y estamos tratando de sembrar gestos de amistad y no de división”.

Y agregó que “sembrar odio es fácil, y no solo en la escena internacional, incluso en el vecindario. Uno va, chismorrea de una vecina, de un vecino, siembra el odio y cuando uno siembra el odio; hay división, hay maldad, en la vida cotidiana. Sembrando odio con los comentarios, con la charla… De la gran guerra me rebajo a la habladuría, pero son de la misma especie”.

El odio crece en familia, en el barrio

También consideró el odio que siembra en familia, en el barrio, eso dijo es “matar”: matar la fama de los demás, asesinar la paz y la concordia en la familia, en el barrio, en el lugar de trabajo, hacer crecer los celos, las competiciones”. 

Francisco denunció por ejemplo que hoy ese odio hace que el Mediterráneo sea un cementerio. “No debemos aceptar este sufrimiento. No hay que decir: en todos lados se sufre, sigamos adelante. No, esto no está bien. Hoy existe una tercera guerra mundial a pedazos: un pedazo aquí, un pedazo allá…”. 

Insistió en mirar los lugares donde hay conflictos: “falta de humanidad, agresividad, odio entre las culturas, entras las tribus, también una deformación de la religión para poder odiar mejor. Este no es el camino: este es el camino del suicidio de la humanidad”. 

¿Cuarta Guerra mundial? Se hará con piedras y bastones 

En medio de la nueva polémica por los pactos firmados tras la ‘guerra fría’ entre EEUU y Rusia, supuestamente no respetados por Moscú y puestos  en tela de juicio por el presidente Donald Trump, el Papa Francisco advierte al citar la profecía de Einstein: “La cuarta guerra mundial se realizará con las piedras y los bastones, porque la tercera destruirá todo”. 

“Sembrar odio y hacer crecer odio, crear violencia y división, es un camino de destrucción, de suicidio, de otras destrucciones. Esto se puede tapar (justificar) con la libertad, ¡se puede cubrir con tantos motivos!”. 

Francisco recordó que Hitler “ese jovencito, en el siglo pasado, en los años 30’ cubrió (la semilla del odio) con la pureza de la raza; y aquí, los migrantes. Acoger a los migrantes es un mandato bíblico”, constató.

Migración: integrar 

Invitó además a reflexionar porque “tantas corrientes migratorias en los siglos han hecho lo que es Europa hoy, las culturas se mezclaron”. Y rememoró que en tiempos difíciles para los países europeos, otras naciones, especialmente en América (del Sur y del Norte), han “acogido los migrantes europeos”. 

Profesó reanudar la historia europea, antes de emitir juicios sobre el problema de la migración: “Yo soy hijo de un migrante que fue a Argentina, y muchos, en América, muchos tienen un apellido italiano, son migrantes. Recibidos con el corazón y con las puertas abiertas. Pero el cierra es el comienzo del suicidio”, constató. 

Asimismo, indicó que es cierto que hay que acoger a los migrantes, acompañarlos, pero sobre todo integrarlos y esto requiere de una labor planificada. “Si nosotros acogemos así, por que sí, sin un plan, no hacemos un buen servicio”. 

De esta manera, indicó a Suecia como un ejemplo en la labor de la integración de los migrantes. “Lo viví de cerca: cuántos argentinos y uruguayos, en el momento de nuestras dictaduras militares, eran refugiados en Suecia. E inmediatamente los integraron, de inmediato. Escuela, trabajo … Integrados en la sociedad”. 

Y luego contó de la ministra que le saludó en Lund y que siendo hija de un migrante africano llegó a ser Ministra en el país. Luego criticó los guetos en Bélgica, donde residían jóvenes belgas que perpetraron la tragedia de Zaventem. Jóvenes hijos de padres inmigrantes del norte de África no integrados. Señaló que la integración es una labor de los gobiernos que con prudencia puede decir: “hasta este punto puedo, más allá no puedo”. 

No se puede dejar sola a Italia, Grecia y España 

El Papa dijo que es “importante que toda Europa se ponga de acuerdo con este problema” de la migración y la integración. Y no dejar todo el peso para que lo lleven pocos países: Italia, Grecia, España y un poco Chipre”. 

“Pero, por favor, no sembrar el odio. Y hoy, yo pediría por favor a todos de mirar el nuevo cementerio europeo: se llama Mediterráneo, se llama Egeo”: 

El Papa en varios mensajes invita a un pacto educativo generacional, donde los mayores hagan soñar a los jóvenes y ellos profeticen un mundo mejor y más humano.

“La sabiduría del tiempo”

El encuentro al que participó el Papa hizo parte del proyecto editorial de padre Antonio Spadaro, que fue publicado este martes: “La sabiduría del tiempo”, en el que se recogen 250 entrevistas a ancianos en más de 30 países, gracias a la ayuda de organizaciones no-profit como Unbound y Jesuit Refugee Service. 

En este contexto, el Papa ha respondido sin papeles en la mano las preguntas de un grupo de jóvenes y ancianos provenientes de Colombia, Italia, Malta y Estados Unidos. 

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