Más de 3.000 personas caminan hacia EEUU
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
A medida que avanza desde Centroamérica la Caravana de Migrantes hondureños (ya se cuentan a 3.000 personas en ella), las posiciones del tablero político interno de Estados Unidos y las relaciones regionales se tensan.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado el tono de su discurso (eminentemente electoral, pues se renueva el Congreso el próximo 6 de noviembre) y ayer jueves amenazó a México con cerrar la frontera y enviar tropas militares para impedir el paso de los migrantes ilegales a su país si México es incapaz de detenerlos.
No importa el USMCA
Cuestionado sobre el reciente acuerdo trilateral de libre comercio con México y Canadá (el antiguo NAFTA convertido ahora en USMCA pero todavía sin firmar), Trump ha dicho que le importa menos que la situación de la frontera sur de Estados Unidos “incluidos los elementos criminales y las drogas”.
El gobierno mexicano ha reaccionado movilizando a cientos de policías hacia la frontera con Guatemala, a lo largo de la margen mexicana del río Suchiate, que marca la división entre ambos países. Es la primera reacción ante las amenazas de Trump de suspender, incluso, el USMCA con México.
Cumbre migratoria
De hecho, hoy viernes el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se reúne con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, con el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y con el próximo secretario de esta misma cartera, Marcelo Ebrard, enviado del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
El presidente de Estados Unidos tratará de impedir que se repita la debacle humanitaria de la primavera pasada, cuando instauró la política de “tolerancia cero” en la frontera sur (a partir de una caravana de centroamericanos que terminó por disolverse) y separó a niños pequeños de sus familiares.
Récord de detenciones
El costo político que tuvo fue enorme, y Trump tuvo que retractarse en junio de este año. Pero el verano migratorio ha sido más caliente que ninguno otro pues el número de inmigrantes con hijos que han sido detenidos al intentar cruzar la frontera ha llegado a récords históricos. Tan solo en septiembre fueron 16.658 miembros de familias detenidos; 80 por ciento más que en julio.
Y, por el lado de quienes marchan hacia Estados Unidos desde Honduras (podrían ser hasta 4.000 personas) existe la consigna de que “cualquier cosa” es mejor que quedarse en su país. El humanitarismo obligaría a ver esa otra cara de la moneda. Pero no siempre es lo primero que se estila en los debates electorales. Más bien, casi nunca. Y el debate actual en Estados Unidos es por la renovación del Congreso.
Datos contrapuestos
Una encuesta de Gallup, publicada en este 2018, demostró que 75 de cada cien estadounidenses piensan que la inmigración, en general, es buena para el país y que 65 por ciento de los independientes republicanos y los propios republicanos ven la inmigración de manera positiva, mientras que 85 por ciento de los demócratas y los independientes de tendencia demócrata dijeron lo mismo.
Lo que sí condenan los republicanos es la inmigración ilegal. Otra encuesta del Pew Research Center (realizada en septiembre pasado) mostró que 75 por ciento de los republicanos consideraba que la inmigración ilegal era el problema nacional de mayor calificación, mientras que solo 19 por ciento de los demócratas pensaba así.