El padre Orta, quien era párroco de San Luis Rey de Francia, fue asesinado y su cuerpo hallado en un lote baldío.
La violencia en contra de los sacerdotes católicos en México no parece tener fin. El país se ha convertido en un verdadero calvario para ejercer la misión sacerdotal de anunciar el Evangelio en medio de las balas y el fuego cruzado entre las bandas que se disputan el control y el trasiego de droga.
Toca ahora el turno del sufrimiento a la Arquidiócesis de Tijuana, al ser hallado sin vida el cuerpo del sacerdote Ícmar Arturo Orta, quien llevaba tres días desaparecido.
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El padre Orta, quien era párroco de San Luis Rey de Francia, fue asesinado y su cuerpo hallado un lote baldío, informó la Arquidiócesis de Tijuana. Había sido reportado en calidad de “desaparecido” desde el viernes a primera hora.
El cadáver del que fuera sacerdote en la Arquidiócesis de Tijuana (ciudad fronteriza y donde se concentra gran cantidad de violentos, por su cercanía a Estados Unidos, principal consumidor de la droga de América Latina) tenía huellas de tortura y estaba atado de pies y manos y fue localizado en la calle Santa María en la colonia Ley del Servicio Civil.
El arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno, informó sobre la muerte del párroco. “Con profundo dolor comunico a los sacerdotes y diáconos del presbiterio de Tijuana la muerte del querido Padre Ícmar Arturo Orta, para que lo encomendemos a la infinita misericordia de Dios”.
Aunque las autoridades dijeron que “se están realizando investigaciones para averiguar las causas de su muerte”, es muy probable que el asesinato del padre Orta, como ha ocurrido con los nueve anteriores que han sucedido este años de 2018, quede en la impunidad.
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México es el “campeón” de la impunidad cuando 92 de cada 100 delitos que se cometen en el país no llevan a los victimarios a juicio ni, mucho menos, a la cárcel. Y en el caso de los sacerdotes, debido al profundo “laicismo” de prensa y Gobierno, siempre flota sobre su muerte una sombra de duda y de supuesta colusión con el crimen organizado.
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“Al consejo parroquial pastoral, al grupo de catequistas, grupos y movimientos. y a los laicos, a los que participan en la vida de la iglesia parroquial: a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos y, de manera muy especial, a los ancianos y los enfermos. Queridos hermanos con profunda pena, les informo que Dios ha llamado a su presente a su querido párroco Ícmar Arturo Orta”, escribió el arzobispo Moreno.
Un mensaje que ya se está haciendo dolorosa costumbre en el seno del país con el segundo mayor número de católicos del mundo, y donde Guadalupe, sin duda, llora por sus sacerdotes.
Hace unos años el padre Orta renovaba de esta manera el propósito de su ordenación:
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