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Las batallas de los pasteles de boda

ASHERS BAKING
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Jaime Septién - publicado el 13/10/18
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Hasta el activista LGTB Peter Tatchell defiende la libertad religiosa de la pastelería Ashers

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La Corte Suprema de Gran Bretaña le dio la razón el pasado miércoles 10 de octubre a una pastelería de Irlanda del Norte, propiedad de una familia católica que se negó, por convicción religiosa, a confeccionar un pastel con un mensaje que llamaba a respaldar el matrimonio homosexual.

En una decisión tomada por unanimidad, la más alta instancia judicial británica revocó un juicio precedente que había declarado a la pastelería Ashers Baking Company culpable de “discriminación”.

La familia McArthur, propietaria del establecimiento, aludió a sus creencias personales para anular un pedido realizado en junio de 2014 por un activista LGBT, Gareth Lee, que había encargado un pastel con la inscripción: “Apoyen el matrimonio homosexual”.

Pero Daniel McArthur, gerente de la compañía que tiene seis pastelerías y emplea a casi ochenta personas, consideró que este pedido iba contra las creencias de su familia y “las enseñanzas de la Biblia”, así que devolvió el dinero al cliente descontento.

“Es profundamente humillante y contrario a la dignidad humana negar un servicio a una persona debido a su raza, su sexo, su discapacidad, su orientación sexual, su religión o sus convicciones”, declaró el miércoles la juez Brenda Hale.

“Pero no es lo que ocurrió en este caso”, subrayó, explicando que los pasteleros no se negaron a realizar el pedido debido a la orientación sexual de Lee, sino a la naturaleza de su mensaje.

Según Peter Tatchell, uno de los principales militantes británicos por los derechos de los homosexuales, esta decisión abre también una posibilidad para que las empresas “rechacen (…) transmitir un mensaje político si ven en él una objeción”.

Antes estaba a favor

Sin embargo Tatchell había defendido en un artículo del 1 de febrero de 2016 en The Guardian el derecho de objeción de conciencia de la confitería Ashers. Aseveraba que la sentencia contra ella sentaba “un precedente preocupante”.

“Tanto como deseo defender a la comunidad gay, también quiero defender la libertad de conciencia, expresión y religión. La corte se equivocó al penalizar a Ashers y yo estuve equivocado al apoyar su decisión”, lamentó Tatchell en aquél entonces.

En 2014, el activista celebró la condena contra la confitería Ashers en Belfast, que fue declarada culpable de “discriminación” y obligada a pagar una multa de casi 728 dólares.

Dos años después, Tatchell cambió radicalmente de opinión, y aseguró que esto se debe a la defensa de la libertad. Consideró que Ashers actúo a la luz de su derecho a la libertad religiosa, no por intolerancia política, como la sentencia de la Corte sugirió.

“El pedido de la torta fue rehusado no porque el que la solicitó fuera gay, sino por el mensaje que solicitó. No hay evidencia de que su sexualidad fuera la razón por la que Ashers rechazó su orden. A mi modo de ver, se trata de una violación a la libertad exigir a negocios que ayuden a promover ideas que ellos en conciencia rechazan. La discriminación contra las personas debe ser ilegal, pero no contra ideas”, aseveró entonces el activista.

El antecedente

Este 4 de junio de 2018, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ratificó en un fallo histórico –7 votos contra 2– el derecho de libertad religiosa y de conciencia del cristiano y dueño de la pastelería Masterpiece Cakeshop en el estado de Colorado, Jack Phillips, quien se negó a preparar una torta de bodas para una pareja homosexual en julio de 2012, dado que ese hecho vulneraba sus creencias religiosas.

La Comisión de Derechos Civiles de Colorado en el caso de Phillips mostró elementos de una hostilidad clara e inadmisible hacia las creencias religiosas sinceras que motivan su objeción y lo obligaban a atender a todos sus clientes.

Algunos de los comisionados en las audiencias públicas respaldaron la opinión de que las creencias religiosas no pueden ser legítimamente llevadas a la esfera pública o comercial, “menospreciaron la fe de Phillips y la caracterizaron como meramente retórica”, aseveró el juez Anthony Kennedy.

La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) indicó –sobre este fallo– que tal decisión asegura “que las personas de fe no deben sufrir discriminación por sus creencias religiosas arraigadas, sino que deben ser respetadas por los funcionarios del gobierno”.

Y agregó la USCCB en su comunicado: “Esto se extiende a los profesionales creativos, como Phillips, que buscan servir al Señor en todos los aspectos de sus vidas diarias”.

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