El cardenal Urosa exigió durante la misa exequial “un mayor compromiso en la lucha por la defensa de los derechos humanos de todos los venezolanos”
La Iglesia venezolana está convencida de que una investigación “imparcial” despejará todas las dudas sobre el presunto “suicidio” del concejal, Fernando Albán, ratificó este 10 de octubre, el cardenal Jorge Urosa Savino, durante la misa que presidió junto al nuncio apostólico y otros obispos del país, para despedir junto a familiares y amigos, el cuerpo del edil que murió estando en manos del Sebin, la policía política de Venezuela el lunes 8 de octubre, en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.
El cardenal Urosa llegó temprano a la Parroquia Universitaria “Epifanía del Señor” y ofreció sus condolencias a Fernando Alberto Albán González y su esposa Amparo Salazar de Albán, padres del concejal caraqueño asesinado. También a sus hijas: Luz Mariela, Socorro y Luz Amparo. Ya era conocido que la esposa del edil, Meudy Maribel Osío de Albán, y sus hijos Fernando Alberto y María Fernanda, no estarían en el velatorio por encontrarse en los Estados Unidos. Ellos siguieron la misa por celular.
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Ambiente de dolor e injusticia
“Las injusticias y crímenes atroces dejan grandes dolores e impotencia entre familiares y amigos de las personas que han sufrido en carne propia los vejámenes de un gobierno de características opresoras”, comentaban. Y esto era lo que se vivía en la iglesia enclavada en los predios de la Universidad Central de Venezuela: una mezcla de dolor “por la injusticia contra un hombre inocente y bueno”, pero también con “la esperanza cristiana de buscar y encontrar la justicia, un valor extraviado en Venezuela”.
El cuerpo del malogrado edil se encontraba en “capilla ardiente” en esa iglesia desde el 9 de octubre, después de los homenajes en la Asamblea Nacional. La urna estaba clausurada, tal como la recibieron los familiares el día anterior. El templo no era extraño para Fernando ya que allí cada 15 días junto al párroco realizaba la “Olla solidaria”, para darles de comer los más necesitados de la zona.
Una Bandera Nacional ocupaba buena parte del féretro junto a tres fotografías de Fernando Albán. También había una gorra que lo identificaba como fanático beisbolista de los Tiburones de La Guaira, una bandera de su partido Primero Justicia al cual perteneció desde su fundación y el estandarte con el Escudo de Armas de Caracas.
Era un ir y venir de personalidades del mundo político opositor venezolano: María Corina Machado, Lilian Tintori, las diputadas Manuela Bolívar, Dinorah Figuera y Yajaira Forero… Asistieron representante del cuerpo diplomático acreditado en el país y el nuncio apostólico de Su Santidad en Venezuela, monseñor Aldo Giordano. La rectora de la UCV, doctora Cecilia García Arocha, se veía dolida y tras un breve saludo al cuerpo de Albán se colocó en un puesto ubicado hacia el lado izquierdo del altar.
Pero también había gente sencilla, gente de abajo, comensales que con frecuencia disfrutaban la sopa en la parroquia. Albán y su equipo trabajaron primero con el jesuita Raúl Herrera -a quien se le notó muy conmovido por la tragedia y quien realizó el responso final-, y luego con el padre Javier Fuenmayor, el actual párroco. Muchos, todavía sin entender lo ocurrido, se acercaron al ataúd preguntando: “¿Qué le pasó a Fernando; qué le pasó a mi pana?”. Al enterarse de lo ocurrido, rompieron en llanto y pidieron a Dios “justicia para un hombre bueno”. Justicia Divina y justicia terrenal.
La iglesia reafirmó sus exigencias
“Reiteramos la exigencia de que se haga una investigación imparcial y a fondo sobre las causas de la muerte de Fernando Albán, para que en el caso en que hubiese habido violencia injusta y criminal, los responsables sean sancionados“, expresó Urosa sustentado en los comunicados del cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, la Conferencia Episcopal Venezolana y sus propias declaraciones a los medios, que hicieron pública la postura de la iglesia.
“Sobran las palabras, más allá de lo que hemos dicho los obispos frente a este hecho tan terrible y tan abominable, como ha sido la muerte de nuestro querido hermano Fernando Albán”, dijo durante la homilía. “Estamos aquí, la gran mayoría de nosotros, porque creemos en Jesucristo Resucitado, por afecto a nuestro hermano Fernando Albán, por apego al Estado de Derecho que ha sido vulnerado de manera terrible con la muerte de Fernando y también porque queremos una Venezuela mejor”, expresó.
“Exigimos al Estado Venezolano que realice una investigación objetiva e imparcial sobre los hechos ocurridos en la sede del SEBIN en Plaza Venezuela, este lunes 8 de octubre”, leyó ante los asistentes el arzobispo emérito de Caracas. “En tal sentido solicitamos que se establezca la verdad sobre lo ocurrido y se determinen las responsabilidades del caso, tomando en cuenta que el Concejal Albán estaba bajo la custodia del Estado Venezolano, quien es responsable de garantizar la vida e integridad personal de los detenidos”, dijo, recordando el trabajo con las “Ollas solidarias” en la Parroquia Universitaria y “en los barrios más humildes de Caracas”.
Cumplida la misa, el cardenal Urosa bendijo al concejal y nuevamente ofreció sus condolencias a familiares y amigos quienes comenzaron a reclamar “justicia”. El cuerpo continuaría expuesto por breves minutos en capilla ardiente. Luego, Urosa dijo a los periodistas que el ministro Jorge Arreaza lo había llamado para sostener la versión del Gobierno de Nicolás Maduro sobre el presunto “suicidio”.
“Pedimos que se haga una autopsia imparcial del concejal para determinar las causas de la violenta muerte de ese querido servidor público”, fue la respuesta en nombre de la Iglesia, según comentó el purpurado de Caracas.
REZARON Y PROTESTARON. El cuerpo del concejal fue retirado del recinto religioso por algunos partidarios como el ex preso político Gilber Caro y el ex diputado Richard Mardo, quienes junto a varios amigos lo ingresaron a la carroza fúnebre. Detrás se desplegó una gran Bandera Nacional que era encabezada por los padres del malogrado concejal; más atrás se sumaron Henrique Capriles Radonski, los diputados Tomas Guanipa, Williams Dávila, Rafael Guzmán y Luis Florido, entre otros.
El cortejo fúnebre intercaló oraciones con consignas por los derechos humanos y la libertad para los presos políticos en Venezuela. No dejaban de mencionar a Nicolás Maduro, como el responsable de la muerte del concejal. “¡Maduro, asesino!”, decían hasta su llegada al camposanto, ubicado al este de la capital de Venezuela.
Fernando Albán nació el 1 de octubre de 1965 en Caracas, y desde el año 2013, ocupaba una curul en el Concejo Municipal Libertador de esta ciudad.
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