Pocos reúnen sus condiciones humanas y por ello lo convirtió en blanco de la violencia selectiva
Fernando Alban, concejal del Municipio Libertador –capital venezolana- sede de todos los poderes públicos y territorio considerado bastión del chavismo acaba de morir en circunstancias muy oscuras. De más está recordar que, mientras un ciudadano se encuentre bajo la custodia del Estado, es el Estado quien carga con la responsabilidad de velar por su seguridad, integridad personal y dignidad. La versión oficial del gobierno, a través de la Fiscalía, es que el concejal se habría suicidado lanzándose desde el décimo piso de la sede del Servicio de Inteligencia (Sebin).
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos investigará la muerte del concejal del Área Metropolitana de Caracas, Fernando Albán, en el ámbito del informe que realiza el Consejo de Derechos Humanos sobre los abusos cometidos en el país. Lo acaba de confirmar en rueda de prensa Ravina Sahmadasani, portavoz de la Oficina, quien explicó que la muerte en custodia del concejal Albán será uno de los asuntos que incluirá la investigación sobre las violaciones de los derechos humanos que realizará la entidad.
La respuesta de la opinión pública se mueve entre la más absoluta incredulidad y la exigencia de una investigación imparcial sobre las circunstancias que rodearon el hecho. Los venezolanos están impactados e indignados ante la noticia.