Escucha sin filtros la voz del santo mártir en El Salvador
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“Dios va conmigo y si algo me sucede, pues estoy dispuesto a todo”, dijo monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez hace más de 40 años a un reportero alemán que le visitó para realizar un documental.
El cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo Auxiliar de San Salvador (El Salvador) presentó un documento histórico sobre el santo salvadoreño a la prensa internacional en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 11 de octubre de 2018.
En el documental, monseñor Romero luce épico con un talar blanco, rostro de pastor mestizo, gestos de bonachón, voz firme y actitud apacible.
Tras 28 años desde que se inició la causa de canonización, finalmente, el 14 de octubre de 2018 se reconoció lo que muchos oídos sordos y ojos tapados por el prejuicio no querían aceptar: Romero fue llamado a la santidad porque le dolía el sufrimiento del pueblo de Dios.
El cardenal salvadoreño confirmó que el cardenal Joseph Ratzinger estudió “palabra por palabra” los discursos de Romero y lo que encontró le sorprendió gratamente: todo era Evangelio puro.
La Congregación para la Doctrina de la Fe estudió 30 horas de grabación de homilías y predicaciones. Ratzinger “se sorprendió porque no había nada heterodoxo y todo era doctrina”.
Muchos años después, en 2007, cuando viajó a Brasil para participar en la asamblea del episcopado latinoamericano en Aparecida, ante la pregunta sobre qué pensaba de Romero, Benedicto XVI señaló sin dudar: “Es un gran testigo de la fe”.
Aquí sin filtros la voz y la transcripción de las palabras del santo:
¿Usted tiene miedo de que lo maten como sucedió con el padre Rutilio Grande?
“Miedo propiamente no, cierto temor prudencial naturalmente, pero no un miedo que me inhiba, que me comprima de trabajar. Al contrario, creo que muchos me dicen que debo de cuidarme un poco, que no debo andar exponiéndome, pero yo siento que mientras camine en el cumplimiento de mi deber, que me desplace libremente a ser un pastor de las comunidades, Dios va conmigo y si algo me sucede, pues estoy dispuesto a todo”.
¿Cómo usted se convirtió de un obispo conservador a un obispo progresista?
“Yo no creo que hubo un cambio sustancial, hubo más bien una evolución de acuerdo con las circunstancias. Mi ideal de sacerdote ha sido ser siempre fiel a la vocación, al servicio de la Iglesia y del pueblo. No había habido una circunstancia tan violenta como la que me tocó al llegar al arzobispado, que cuando yo llegué estaban expulsando sacerdotes y, al mes siguiente de mi llegada, mataron al padre Rutilio Grande.
Él que participó en los primeros diálogos con el clero me dio mucho ánimo, sobre todo porque no era sólo un colaborador sino un ejemplo de fidelidad hasta la muerte, el impulso pues de él, por un parte, y la necesidad de defender una iglesia hasta el asesinato del sacerdote, pues me impulsaron a una pastoral con más sentido de fortaleza en defensa de los derechos de la iglesia, y en defensa de los derechos del hombre”.
¿Francotirador que asesino a Romero formado por la dictadura militar argentina?
El tercer elemento inédito desvelado por el cardenal Rosa Chavéz sobre la muerte de monseñor Romero presenta una intriga internacional que involucra también a la dictadura militar argentina y a un misterioso francotirador.
El futuro beato había recibido noticias de fuentes diplomáticas desde Argentina de que sería asesinado esa semana. Un sacerdote argentino avala la teoría de que un francotirador se preparó en ese país para asesinar al incómodo obispo salvadoreño, una pieza que se suma al magnicidio ocurrido el 24 de marzo de 1980.
Un francotirador experto dispara un golpe certero mientras Romero celebraba misa en la capilla del hospital Divina Providencia.
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“Un cura argentino me dijo: Cerca de mi ciudad se encuentra una escuela para preparar francotiradores y me dicen que de ahí salió el que mató a Romero. Esta hipótesis tiene relación con otro dato confirmado: la conexión argentina en el asesinato”, sostuvo el cardenal.
“La prensa gráfica escribió un largo reportaje sobre la conexión entre la dictadura militar argentina (1976-1983) y el asesinato de Romero. En Argentina, el nuncio recibió a un representante de la embajada norteamericana para decirle: Romero está en peligro. Por favor, dígale que esa semana será asesinado. El secretario llama al nuncio en Costa Rica (Lajos Kada)”.
Romero no recibe la llamada directamente porque estaba en retiro.
El cardenal agrega: “Romero escribe en su diario: me llamó el nuncio y me dijo que, tal vez, la próxima semana seré asesinado…y cuando yo me convertí en administrador apostólico porque murió monseñor Rivera y Damas, escribí a este nuncio y él me respondió: ‘Es verdad, yo avisé a Romero’. Por ende, tenemos datos concretos sobre la conexión argentina…Pero, el nombre del francotirador no lo sabemos”.
La causa de canonización de Romero enfrentó diversas trabas, entre curiales, obispos y políticos salvadoreños, que no querían que Romero fuera santo.
El cardenal Rosa Chávez agrega otra pieza a esta historia sobre la resistencia política a la canonización. “Hay un elemento que casi nunca se menciona. Nosotros tuvimos un embajador ante la Santa Sede, durante 20 años seguidos, a partir del año 89’, que representaba al partido Arena, cuyo fundador fue quien organizó el asesinato de Romero (fundado en 1981 por el militar salvadoreño retirado Roberto d’Aubuisson Arrieta).
Por tanto, durante ese tiempo aquí (en el Vaticano) no se habló bien de Romero -explica el arzobispo que impulsó desde el inicio la causa de canonización- a nivel oficial y eso llegaba a la Curia Romana. Luego con un nuevo gobierno las cosas cambian”.
El obispo auxiliar de San Salvador también confirmó que tres papas habían aportado a su manera a la canonización. Respecto a Juan Pablo II recordó: “Yo estaba con el arzobispo y le hablamos al Papa: El Papa estaba muy enfermo y de repente levantó la cabeza y preguntó: ‘¿Y monseñor Romero?’. Nosotros le hablamos de él. Después se levantó, tomó su bastón y sostuvo: Es un mártir y se fue”, abundó.