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¿Cómo miran tus hijos a los demás?¿Y tú?

PARENTING
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María Verónica Degwitz - publicado el 25/09/18
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¡Cuán importante es educar la mirada libre de prejuicios!

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En el transcurso de nuestra vida familiar debemos preguntarnos sobre la manera en que estamos enseñando a nuestros hijos a ver el mundo. La manera de acercarnos a la realidad es muy distinta en cada persona, pero esa mirada particular de cada uno tiene el poder de cambiar muchas cosas. Es por ello que debemos esforzarnos en hacer que nuestros hijos puedan ver el mundo desde una perspectiva que enjuicie menos y que ame más.

Alex Rovira afirma que la mirada que tenemos del mundo puede transformar la realidad, esto no implica perder el pensamiento crítico, sino más bien aprender a mirar con más amor para que se abra un mundo de posibilidades en esa realidad que parece que no puede cambiar.

No solo es importante desarrollar en nuestros niños esta mirada abierta y libre de prejuicios. Debemos comenzar por cambiar nosotros nuestra mirada del mundo y, sobre todo, de nuestra familia. Muchas veces caemos en el error de etiquetar a nuestros hijos, de limitar sus posibilidades o de no prestar suficiente atención a lo que pueden llegar a ser.

Solo transformando nuestro acercamiento a sus vidas podemos despertar en ellos aquella creencia de que pueden llegar a mucho, porque hay alguien detrás que los quiere y los apoya a pesar de todo.

De esta manera podrán ellos también cambiar su manera de ver al mundo: podrán acercarse a los demás con un enfoque más limpio, en el que no influyan las ideas preconcebidas, los límites sociales, o los prejuicios. Podrán ver a sus pares como seres llenos de posibilidades, podrán apreciar la riqueza interior de cada una de las personas que tienen a su alrededor. 

Esto no se logra de un día para otro, requiere de un cambio profundo personal que marca toda la diferencia. Según la frase de Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.

Nuestros hijos deben saber que su reacción ante la vida, ante las circunstancias y ante los obstáculos depende completamente de ellos mismos y de la capacidad que tengan de mirar esa realidad de frente, con una visión limpia y llena de amor por los demás.

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