El Pontífice recibió a los participantes de un Congreso mundial que estudia el racismo, la xenofobia y el nacional populismo en curso en Roma del 18 al 20 de septiembre de 2018.El papa Francisco lamentó que la política explote los miedos y las dificultades de las personas alimentando sus sentimientos de odio sólo por motivos electorales contra otras personas diversas por su etnia y religión.
Lo manifestó en un discurso entregado a los participantes en la Conferencia Mundial contra la Xenofobia, el racismo y el populismo nacional en el contexto de las Migraciones Globales, en curso en Roma del 18 al 20 de septiembre de 2018.
“Vivimos tiempos en los que parecen reavivarse […] sentimientos de sospecha, de miedo, desprecio y hasta de odio frente a individuos o grupos considerados diferentes a causa de su origen étnico, nacional o religioso y, como tales, no considerados lo suficientemente dignos de participar plenamente en la sociedad”, escribió el Papa.
Francisco lamenta que estos sentimientos, con demasiada frecuencia, inspiren “verdaderos actos de intolerancia, discriminación o exclusión, que dañan gravemente la dignidad de las personas involucradas y sus derechos fundamentales, incluido el mismo derecho a la vida y a la integridad física y moral”.
“Desafortunadamente – continuó – , también sucede que en el mundo de la política se ceda a la tentación de explotar los temores o las dificultades objetivas de algunos grupos y de usar promesas ilusorias para intereses electorales miopes”.
Francisco manifestó que la “gravedad de estos fenómenos no puede dejarnos indiferentes. Todos estamos llamados, en nuestras respectivas funciones, a cultivar y promover el respeto de la dignidad inherente a toda persona humana”.
Asimismo, subrayó la labor educativa de “la familia – el lugar en el que se aprenden desde muy temprana edad los valores de compartir, de la hospitalidad, de la hermandad y solidaridad– pero también en los diversos contextos sociales en los que operamos”.
Enriquecimiento con la esclavitud
El Papa denunció a “los que, además, se benefician económicamente del clima de desconfianza ante los extranjeros, en el que la irregularidad y la ilegalidad de su estancia fomenta y alimenta un sistema de precariedad y de explotación – a veces hasta un nivel que comporta verdaderas formas de esclavitud – deben hacer un profundo examen de conciencia, sabiendo que algún día tendrán que dar cuenta ante Dios de las decisiones que han tomado”.
Ademas, destacó que ante “la proliferación de nuevas formas de xenofobia y racismo, también los líderes de todas las religiones tienen una importante misión: difundir entre sus fieles los principios y valores éticos grabados por Dios en el corazón humano, conocidos como ley moral natural”.
“Se trata – agregó- de cumplir e inspirar acciones que ayuden a construir sociedades basadas en el principio de la sacralidad de la vida humana y del respeto por la dignidad de cada persona, sobre la caridad, la fraternidad – que va mucho más allá de la tolerancia – y sobre la solidaridad”.
Las palabras del Papa son parte de su discurso preparado para esa ocasión y que ha sido entregado a los presentes.
“He escrito un discurso para leerlo, pero es algo largo…Por eso prefiero decirles dos o tres palabras de todo corazón y después saludarles uno por uno: esto es muy importante para mí. Le pido que no lo tomen a mal”, dijo el Papa.
La conferencia ha sido organizada por el Dicasterio para el Servicio del desarrollo humano integral y por el World Council of Churches (WCC), Y en colaboración con el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos.