Francisco fue a las raíces bíblicas, exhortando a los jóvenes a no separar nunca la sexualidad “del hermoso lugar del amor”
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“La sexualidad es algo grande: custodien su dimensión sexual, su identidad sexual. Custódienla bien. Y prepárenla para el amor, para incluirla en ese amor que los acompañará toda la vida”, dijo el Papa Francisco ayer a los jóvenes.
Los males que afligen a la Iglesia, la cercanía a los pobres, la sexualidad y el compromiso de los cristianos en la sociedad; fueron algunos de los temas principales que el Papa Francisco trató durante su audiencia con los jóvenes de la diócesis de Grenoble-Vienne, celebrada el lunes 17 de septiembre y cuyo contenido fue dado a conocer ayer por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En un ambiente de diálogo cercano y sincero, “pero sobre todo paternal”, el Pontífice respondió sin tabúes a las preguntas que le formularon los chicos y chicas. Preguntas que él mismo definió como realistas y que contestó abiertamente con pasión y ejemplos concretos.
El testimonio va antes que las palabras
“No decir, no hablar, sino escuchar y hacer, caminando siempre por las vías de la cercanía con el prójimo”, ésta es, según el Papa, la primera regla que debemos seguir, y es también el secreto para transmitir el mensaje cristiano, incluso a aquellos que – como preguntó Mathieu, de 16 años, al Pontífice- “critican a la Iglesia, la señalan con el dedo, estigmatizándola por la homosexualidad y la pedofilia”.
El testimonio antes que las palabras. Este es el marco del mensaje cristiano: “Escuchar, hacer y después decir y hablar”.Además, el mensaje cristiano no puede ser transmitido “en un sillón”, recordó Francisco: “está siempre en camino. ¡Siempre! Si no sales a la calle, no podrás transmitirlo. Jesús ha estado en camino tres años. Parecía que vivía en la calle”, añadió.
Otro punto en el que insistió el Papa fue el de fortalecer nuestras raíces en el Evangelio, que encuentra su corazón en los pobres, “la imagen de Cristo”.
Servir a los pobres no es comunismo, sino Evangelio. Los jóvenes -dijo el Papa- deben aprender a ponerse a su servicio, sin menospreciarlos, sino inclinándose hacia ellos, porque cuando se toca la “enfermedad” de un pobre, se tocan las heridas de Cristo y se logra vivir concretamente la caridad.
La sexualidad es un regalo de Dios
Thérèse, de 24 años, preguntó al Papa sobre los problemas del amor y la sexualidad, lamentando la falta de atención y comprensión por parte de los adultos.
Francisco fue a las raíces bíblicas, exhortando a los jóvenes a no separar nunca la sexualidad “del hermoso lugar del amor” y citó el ejemplo de un matrimonio que conoció durante una audiencia general, que después de 60 años de matrimonio, “todavía se miran a los ojos y se declaran enamorados el uno del otro”.
“La sexualidad, el sexo, es un regalo de Dios. Sin tabúes. Un regalo que el Señor nos da. Tiene dos propósitos: amar y generar vida. Es una pasión, es amor apasionado y te lleva a dar tu vida por el otro para siempre”.
“Y darlo en cuerpo y alma. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, la Biblia dice que ambos fueron hechos a imagen y semejanza del Creador. Ambos, no sólo Adán o Eva, sino ambos – conjunto – ambos. Y Jesús va más allá, y dice: por esta razón el hombre, y también la mujer, dejarán a su padre y a su madre y se unirán y se convertirán en una sola carne: esta es la grandeza de la sexualidad. Y así tienen que hablar de la sexualidad”, expresó el Santo Padre.
Sin embargo, a menudo nuestras caídas espirituales, nuestras debilidades nos llevan a usar la sexualidad fuera del camino del amor entre hombre y mujer, y van a alimentar la industria de la sexualidad separada del amor, de la pornografía, del sexo fácil.
Pero son caídas, como todos los pecados. La mentira, la ira, la gula… Son pecados: pecados capitales. Pero esta no es la sexualidad del amor: es la sexualidad “cosificada”, separada del amor y usada para divertirse. Es interesante que la sexualidad sea el punto más bello de la creación, en el sentido de que el hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios, y la sexualidad sea la más atacada por la mundanalidad, por el espíritu del mal. Dime: ¿tu has visto, por ejemplo – no sé si en Grenoble hay – tu has visto una industria de la mentira, por ejemplo? No. Pero una industria de la sexualidad separada del amor, ¿la has visto? ¡Sí! Se gana mucho dinero con la industria de la pornografía, por ejemplo. Es una degeneración respecto al nivel donde Dios la puso. Y con este comercio se gana mucho dinero.
El compromiso de los cristianos
A lo largo de la charla, también se habló sobre la cuestión del compromiso de los cristianos en la sociedad. El Papa exhortó a los jóvenes a aprender a ser custodios de sus hermanos, no a vivir aislados, sino a hacer comunidades, “a ser un cuerpo que se ayuda a sí mismo en el camino, dispuesto a ensuciarse las manos”.
Por otro lado, Francisco puso en guardia frente a dos “enemigos feos” del compromiso cristiano: el egoísmo, es decir, “mirar sólo las cosas propias”; y la corrupción, “tanto la material que te ataca con el dinero, como la del corazón, que corta todos los ideales y encierra tus sueños”.
Pertenezcan a Jesús
Y en cuanto al lugar que ocupa la Iglesia en el mundo de hoy, el Papa no oculta la amargura de la disminución del número de cristianos y los efectos negativos de la secularización.
El antídoto está,- dijo Francisco-, en “seguir siempre a Cristo, tanto cuando la Iglesia florece como cuando está en crisis”, como han sabido hacer los santos. La Iglesia -reiteró el Papa Bergoglio- ha salido adelante impulsada siempre por los santos; no por grandes organizaciones, grandes partidos políticos ni grandes instituciones. “Son los santos los abren el camino delante de nosotros”, concluyó.