5 médicos argentinos unidos por la música de Astor Piazzolla
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Estos profesionales de la medicina y apasionados por la música fueron descubriendo en los tangos de Astor Piazzolla un manera de vivir su vocación y transmitir un agregado valioso a las personas que visitaron sus consultorios médicos.
El neurólogo Martín Nogués y el neumonólogo Fabián Santini se conocían por su trabajo profesional en el instituto CEMIC, pero no sabían que compartían el mismo gusto por la música.
Fabián tocaba el piano y Martín el bandoneón y, cuando supieron que compartían el mismo interés musical, a Martín se le ocurrió convocar a uno de los residentes en ese momento, el clínico Álex Kostianovsky, quien había estudiado el violín desde pequeño.
Con el tiempo llegaron dos integrantes más, Gonzalo Massía, guitarrista y psiquiatra y Bruno De Ambrosi, contrabajista y neurólogo, logrando la formación musical predilecta por Astor que era el quinteto.
Tres generaciones diferentes de médicos
Si bien se llevaban 30 años de diferencia, la realidad es que la brecha desapareció y se integraron rápidamente. La música de Piazzolla los atrapó, fue el punto común que los unió y en el camino fueron descubriendo que era una música que se tocaba en todo el mundo, lo que significaba un gran orgullo para ellos como argentinos.
El empezar a tocar les permitió encontrarse con el hijo de Astor, su guitarrista y el que había sido su pianista por 10 años. De este último recibieron una clase magistral personalizada que Martín cuenta haber sido una experiencia increíble que les ayudó a crecer, ya que algunos habían estudiado música pero otros, como en su caso que empezó a los 57 años, no lo habían hecho.
Con respecto a la dinámica de trabajo, nunca contaron con un director formal, sino que se fueron escuchando y enfocando en mantener el espíritu de cada canción. Para ellos fue muy importante compartir y llegar a acuerdos mediante un gran ejercicio de convivencia.
Dos vocaciones al unísono
Fabián cuenta que a los 18 años tuvo que tomar una decisión difícil con respecto a lo que iba a hacer: ser médico o ser músico. Sus padres le aconsejaron que siguiera la carrera médica y la abrazó con mucha pasión.
Para él la vida es un balance entre medicina, familia y música. Trabaja con residentes y sus pacientes en el consultorio, está casado, tiene dos hijos y estudia jazz y tango.
“Trato de dividir el tiempo. Amo mi profesión, amo la música y amo a mi familia con quien estoy la mayoría del tiempo que puedo tratando de que ‘lo urgente no reemplace lo importante’”.
Fabian plantea la clave del acompañamiento familiar en el desarrollo de la vocación. “Tengo dos vocaciones, la medicina y la música, y trato de desarrollarlas en paralelo en función a los tiempos y el acompañamiento de mi familia sobre todo en los horarios”.
Para él tienen que existir distintas condiciones para cumplir con las vocaciones, pero destaca que lo más importante es la pasión. “Si uno tiene pasión, toma clases, toma conceptos nuevos y las cosas se van dando”.
Los beneficios de la música en la medicina
La vocación por mejorar la calidad de vida de las personas los llevó a elegir la profesión de médicos, pero Bruno comparte el gran aporte que hace la música en su trabajo. “Yo empecé como estudiante de guitarra. Hago mucho de neurofisiología. Con la música se me hace más llevadero el trabajo y deja a los pacientes mejor”.
También han ayudado con presentaciones y eventos médicos y sociales solidarizándose con causas de beneficencia como por ejemplo destinando lo recaudado por las entradas al financiamiento de becas para formar enfermeros, o en el marco del Día mundial del Alzheimer concientizando al tocar con la colaboración especial de otros músicos.