“Estaba en mi casa viendo la televisión y comencé a ver lo que hablaban las personas de los pueblos del sur que están afectados por las bajas temperaturas y vi que necesitan ayuda”.
Estas palabras pertenecen a Ricardo Moreno Luna, de 68 años, uno de los tantos voluntarios de Cáritas en Perú, quien lejos de quedarse quieto y en el confort de su hogar decidió ponerse en camino y ayudar a las personas que en las últimas semanas se han visto afectadas por las bajas temperaturas en Perú.
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“Una Ola de Ayuda”
Vivir en lugares en Perú como Apurímac, Arequipa, Cusco, Puno, Huancavelica y Tacna durante últimos meses no ha sido sencillo. Miles de personas han tenido que lidiar con los efectos de las bajas temperaturas. Heladas y granizadas han afectado la vida diaria –que se desarrolla a más de 3000 metros sobre el nivel del mar- de estas personas tanto a nivel de salud, como de viviendas, entre otras.
Debido a esta situación Cáritas, en alianza con RPP, llevó a cabo una iniciativa denominada Ola de Ayuda. La campaña favoreció a 4.668 familias en los lugares afectados. Gracias a las donaciones recibidas y el trabajo de voluntarios como Ricardo fue posible llevar abrigos, medicinas y alimentos, además de brindar apoyo a diversos proyectos para recuperar cultivos, entre otras cosas.
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La ola de frío se ha cobrado la vida de más de 600 peruanos, según cifras del Ministerio de Salud (MINSA), reproducidas por RPP. Es por ello que hubo que decretar emergencia en más de 100 distritos de 9 regiones del país.
La campaña de ayuda de Cáritas en imágenes:
“¡No quiero irme! ¡Lo vivido en éstos días es de esas experiencias realmente significativas que le dan sentido a la vida!”, expresa Elkin Darío Fernández Toro, otro voluntario de Cáritas que ha decidido compartir su testimonio a través de Medium.
“Mi corazón se encuentra alegre de una forma como antes nunca lo he experimentado!!!”, enfatiza luego de poder ayudar con su tarea de voluntariado en Ayaviri (Puno).
“Simplemente concluyo afirmando que con la grandeza del ser humano que se pone al descubierto en el servicio crece en las personas beneficiadas y en mí una certeza que resulta profética en un mundo donde el dolor y el mal quisieran ahogar las ilusiones de las personas. Esa certeza es que el amor es camino seguro de plenitud y realización”, concluye este voluntario quien -al igual que Ricardo u otros tantos- ha dado lo mejor de sí para darle el abrazo más caluroso a los que más sufren el frío.
Sin dudas el mejor ejemplo y empujón contra la “cultura de la indiferencia“, la misma que tanto cuestiona el papa Francisco.
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Hoy celebramos a...