Cirugía estética: ¿Compensa arriesgar la salud para sentirse bella?

La Sociedad Internacional de Cirugía Estética (ISAPS por sus siglas en inglés) ha publicado las cifras relativas al número de intervenciones quirúrgicas y no quirúrgicas de cirugía estética durante 2016, que se elevan a más de 23 millones (23.626.909). Esta cifra aleja cualquier duda sobre el auge de este fenómeno.

Pese a tratarse de una expansión global, los expertos resaltan la popularidad que la cirugía plástica disfruta en Latinoamérica. Los datos presentados por la ISAPS ubican a Brasil, México y Colombia entre los diez países que más procedimientos de este tipo practican. Ante estas cifras, parece necesario arrojar luz sobre los riesgos que este tipo de intervenciones pueden tener para nuestros cuerpos.

Antes que los peligros y riesgos para la salud, los expertos señalan que la despreocupación y la desinformación son los problemas más relevantes. Al tratarse de una cuestión meramente estética se tiende a banalizar los riesgos que la operación pueda suponer. Esta despreocupación deriva en pasiva desinformación y en una exigencia reducida a la hora de ponerse en manos de un especialista contrastado.

Laalta rentabilidaddel negocio de la cirugía y la medicina estética ha generado un elevado intrusismo profesional, de tal forma que personas poco cualificadas ofrecen sus servicios a precios cada vez más accesibles.

Este arrojo acrítico no debemos atribuirlo solo a la despreocupación, sino también en gran medida a la presión que ejerce los modelos estéticos. La publicidad impone modelos inaccesibles de belleza para generar inseguridades y así lucrarse con las frustraciones de determinados sectores de la sociedad.

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Por otra parte, si comparamos los porcentajes de operaciones entre hombres y mujeres descubriremos que mientras que el 88% de las personas que se someten a estas intervenciones son mujeres, un marginal 12% son hombres.

Antes de someterte a una intervención de cirugía estética valora la posibilidad de sufrir alguna de sus consecuencias:

• Afecciones de la piel: aunque poco graves, son molestas y llegan a implicar nuevas entradas a quirófano. Entre las más comunes tenemos trastornos de la sensibilidad, coloración cutánea anormal, necrosis de tejidos, parálisis parcial, cicatrización anormal o hematomas.

• Peligros severos: dentro de este grupo encontramos el rechazo de implantes, la infección de heridas, la trombosis, las hemorragias y las reacciones alérgicas al anestésico.

• Resultado inesperado: asimetrías, cicatrices llamativas en zonas visibles, expectativas incumplidas… Pese a no ser peligroso para la salud, es importante no olvidar este tercer grupo de complicaciones cuando uno entra en un quirófano.

Existen diversas técnicas y procedimientos de cirugía estética pero las más comunes son las siguientes:

• Cirugía post bariátrica: se trata de una intervención en la que se retira el excedente de piel y tejido celular cuando una persona adelgaza más de 40 kg en poco tiempo. Con complicaciones en el 15-20% de casos, los problemas más comunes son la pérdida de sangre y las infecciones.

• Reducción o aumento de senos: si bien el riesgo de hematomas es elevado, el más específico de este tipo de operación es la necrosis por una irrigación circulatoria insuficiente.

• Lifting facial: consistente en un estiramiento de la piel de la cara, más allá de hematomas, necrosis e infecciones, en estas operaciones la falta de precisión del médico puede implicar lesiones nerviosas.

• Liposucción: este método para extraer grasa corporal mediante instrumentos de succión. Es una de las más demandas y los riesgos que presenta, a parte de una recuperación especialmente dolorosa, son las hemorragias en quirófano, daños en los órganos o asimetrías en las ondulaciones que se crean en la piel.

• Blefaroplastia o bolsas en los ojos: los riesgos graves en este tipo de operación son raros, aunque hay una serie de leves molestias temporales que son más frecuentes. Entre estas se cuenta visión borrosa o doble durante unos días o aumento del lagrimeo entre otras.

• Otoplastia: a pesar de tratarse de una intervención común y segura, tiene algunos inconvenientes potenciales. La infección o los coágulos serían algunos de ellos, pero uno habitual entre personas que se operan con cirujanos poco hábiles es la sobrecorrección.

• Rinoplastia: se trata de otra intervención común no exenta de complicaciones. El dolor intenso durante las primeras 24h y sangrados ocasionales durante los primeros tres días son habituales. También es importante remarcar que 1 de cada 10 personas que se someten a una rinoplastia deben volver a pasar por quirófano.

Indicaciones médicas para someterse a una intervención de cirugía plástica y estética

Aunque solo hayamos hablado de cirugía por razones meramente estéticas, hay operaciones del mismo tipo que se llevan a cabo por prescripción médica. Lo que se conoce comúnmente como cirugía reconstructiva comprende desde una rinoplastia para mejorar la respiración hasta reconstrucción del rostro después de un accidente, pasando por la reconstrucción también de senos posterior a un cáncer.

Malala Yousafzai, la joven afgana Premio Nobel la Paz se sometió a diversas operaciones para reconstruirrostro y cráneo después de recibir un disparo en la cabeza por defender el derecho de las mujeres a escolarizarse en su país natal.

Estoy pensando en una intervención de cirugía estética… ¿qué debo hacer?

Los expertos insisten en el hecho de valorar los riesgos de la intervención e informarse adecuadamente antes de tomar una decisión:

• Informarte porque tenemos el derecho y el deber de conocer con el máximo de precisión posible todos los factores y riesgos de la operación. Además, es importante conocerel historial médico del cirujano, su experiencia en la cirugía estética y los logros alcanzados. Ello nos proporcionará la garantía y la seguridad de ponernos en manos expertas.
• Exigir unas manos cualificadas. La ISAPS cuenta en unos 33000 los expertos reconocidos en el ámbito de la cirugía estética. Conviene estar dispuesto a hacer una inversión adecuada para garantizar nuestra seguridad.

• Comer bien. Una dieta equilibrada es básica para afrontar una operación con la garantía de un cuerpo fuerte y sano. Así por ejemplo el riesgo de infecciones se reduce significativamente.

• No fumar. Los fumadores crónicos son candidatos habituales a padecer complicaciones tras las intervenciones.

Si bien hemos visto que la cirugía estética es algo arriesgado y que conviene afrontar con seriedad, vayamos un poco más allá. ¿Aunque no albergara peligro alguno, por qué tendríamos que arrancar, extirpar o modificar una parte de nuestros cuerpos para sentirnos mejor? ¿Qué nos cuenta sobre nuestra sociedad que solo hablemos de estética en lo que se refiere a la apariencia externa?

¿ Es que no hay belleza en la autoestima, en la amabilidad, en la sinceridad? Son preguntas que deberíamos hacernos para intentar descubrir, verdaderamente, donde se juega la belleza humana.

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