El árbol es refugio, es símbolo de fertilidad. Erguido hacia el cielo, profundamente arraigado en el suelo, el árbol es también símbolo de una persona sabia que respeta la tierra y mira a Dios. Útil y precioso, el árbol sirve diariamente al ser humano y le presta innumerables servicios.
Un vínculo entre Dios y las personas
El árbol es un vínculo entre Dios y las personas. Dios habla a través de Su Creación, y especialmente a través de los muchos símbolos que las Escrituras nos ofrecen. El árbol es ante todo el símbolo de la fe. El que pone su fe y su esperanza en Dios está protegido por Él: “¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto” (Jr 17,7-8).
Descubre los símbolos más inspiradores de los árboles mencionados en la Biblia: