¿Recuerdas a Ulises? Como el héroe griego, los emigrantes lidian con la soledad, el miedo y la desesperanza. ¡Y con sus consecuencias!
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¿Qué pasaría si nos metieran en una habitación donde la temperatura sube hasta los 100 grados? Tendríamos mareos, calambres, y nos sentiríamos muy mal. Pero, ¿estaríamos enfermos por tener estos síntomas? No, porque una vez que saliéramos al aire libre estos síntomas desaparecerían poco a poco. Nuestro cuerpo estaba respondiendo con mareos y calambres a condiciones extremas a las que no se podía adaptar.
Esta metáfora puede ayudarnos a imaginar la experiencia que viven millones de personas que migran en situaciones extremas. El dolor ante la forzosa separación de sus seres queridos; la desesperanza ante la ausencia de oportunidades; la lucha por la supervivencia y el desamparo son los síntomas del migrante, como si los metieran en la habitación a 100 grados.
La vivencia de estas situaciones de estrés tan prolongadas e intensas afectan profundamente a la persona que suele desarrollar un cuadro reactivo frente al estrés, es decir, una respuesta del organismo que intenta adaptarse a condiciones extremas.
Basta pensar, por ejemplo, en los períodos de nuestra vida donde nos “llueve sobre mojado”, en los que parece que todos los problemas y dificultades llegan a la vez. Cuando estos períodos intensos y difíciles duran mucho tiempo, podemos sentirnos agotados, frustrados y desesperados, porque parece que no hay salida y que las dificultades no se acabarán nunca. ¿Qué nos pasaría si viviéramos un periodo así en “tierra ajena”?
¿Recuerdas a Ulises, el héroe griego que padeció innumerables adversidades y peligros lejos de sus seres queridos? Pues bien, el Doctor Joseba Achotegui, psiquiatra con una amplia experiencia de trabajo en la promoción de la salud mental de las personas migrantes, ha descrito el “Síndrome de Ulises” para llamar la atención hacia millones de personas que se vuelven “invisibles” y que viven una situación de estrés tan intenso que supera la capacidad de adaptación de cualquier ser humano.
Recordar al héroe griego es un intento de humanizar nuestra mirada hacia las personas migrantes, que terminan por volverse invisibles entre la multitud y en la indiferencia de quienes les rodean.
El “Síndrome de Ulises” no es una enfermedad, sino un cuadro de estrés crónico y múltiple, es decir, un estrés padecido por la persona durante largo tiempo por afrontar muchos problemas que se multiplican y que parecen no acabar nunca. Además, estando lejos de su país de origen y de sus seres queridos.
Recordemos que la migración es un acontecimiento que cambia la identidad de la persona y que implica también una parte de estrés y tensión que el Dr. Achotegui (2009) denomina “duelo migratorio”.
El duelo migratorio es una “pérdida ambigua” porque a diferencia de la muerte, la persona sabe que sus seres queridos están vivos, pero desaparecen y se pierden en la vida cotidiana. No se puede suplir su presencia ni siquiera con las nuevas tecnologías y con las redes sociales.
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Por otra parte, la esperanza del reencuentro con los seres queridos y el sueño del regreso a la tierra de origen (sea o no posible), suelen ser una potente motivación para salir adelante.
El Dr. Achotegui (2018) habla de siete duelos que atraviesan todas las personas que viven una migración y que tocan aspectos complementarios de la vida:
- la familia y los seres queridos,
- la lengua,
- la cultura,
- la tierra,
- el estatus social,
- el contacto con el grupo de pertenencia
- los riesgos para la integridad física.
Por su parte el sociólogo y profesor de antropología cultural Luca Pandolfi (2018) propone también considerar el duelo de la experiencia religiosa, porque su pérdida parcial o total, suele producir sentimientos de desorientación, de privación socio cultural, soledad y estrés.
Además de estos ocho lutos, quien vive una migración en situaciones extremas, enfrenta muchos problemas y dificultades que frecuentemente llevan al desarrollo del Síndrome de Ulises.
Los factores de estrés más importantes que enfrentan estas personas suelen ser:
- la separación forzada de los seres queridos,
- el sentimiento de desesperanza por el fracaso del proyecto migratorio y la ausencia de oportunidades,
- la lucha por la supervivencia,
- el terror que viven en los desplazamientos migratorios,
- las amenazas de las mafias,
- el miedo a ser detenidos y expulsados,
- el desamparo por carecer de derechos, etc.
Los síntomas más característicos de las personas que padecen el Síndrome de Ulises son:
- insomnio,
- dolores de cabeza,
- pérdida de orientación,
- fatiga crónica,
- molestias y dolor en músculos y articulaciones,
- ansiedad e irritabilidad.
Si padecemos estos síntomas o conocemos a alguien que los sufre, es muy importante buscar ayuda profesional especializada. La Red Atenea, por ejemplo, es una red internacional de profesioniales y asociaciones coordinada por el profesor Achotegui, que brinda apoyo psicológico y psicosocial a personas inmigrantes en situaciones extremas
Fuentes:
Achotegui J., (2018) La inteligencia migratoria. Manual para inmigrantes en dificultades. Ned Ediciones, Romanya Valls.
Achotegui J., (2009) El Síndrome de Ulises. Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple. El mundo de la mente, Figueras.
Pandolfi L., Losing God: the inclusion of the Loss of “Religious Experience” on the Ulysses Scale, en “La red Atenea. Revista” No. 02- Octubre 2018 http://laredatenea.com/revista02.pdf (en publicación)