Después de 45 años el Manu logró preservar su biodiversidad. El parque nacional ubicado entre el Cusco y Madre de Dios en la Amazonía peruana goza de buena salud. Guardabosques, científicos y pobladores celebraron el 29 de mayo el cumpleaños de esta reserva ecológica.
El Manu alberga 200 especies de mamíferos, además del 10% de especies de aves de todo el mundo y más de la mitad de las 1,800 especies de aves identificadas en tierras peruanas. El jaguar, los guacamayos y hasta el Diablo (especie más grande de lobos de río), habitan la tercera área natural protegida más grande del Perú que abarca 1’716.295,22 hectáreas.
Los Matsiguenkas y Harakmbut (naciones amazónicas no contactadas) pueblan este enorme bosque. En su última visita a la Amazonía peruana Francisco se reunió con las naciones amazónicas no contactadas, en el coliseo cerrado de Madre Dios, en Puerto Maldonado.
“No renuncien al legado de sus abuelos, el mundo necesita de ustedes jóvenes de los pueblos originarios”. “Han visto la destrucción de los bosques y de los ríos”, prosigue el Santo Padre en su mensaje, “les animo a permanecer en sus tierras y conservar el amor a sus ancestros”.
De acuerdo al documento de preparación para el Sínodo 2019 Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral presentados por el Vaticano, Francisco advierte que la cuenca Amazónica supone para el planeta una de las mayores reservas de biodiversidad (30 a 50 % de la flora y la fauna del mundo).
En 2017 la deforestación en Madre de Dios superó las 20.000 hectáreas, sin embargo, la reserva preserva intacta su flora y fauna gracias al constante cuidado de sus guardabosques.
Puerta abierta al Manu
En estas paradisiacas tierras entre los árboles de la selva alta el sol parece danzar. Desde el mirador de las “Tres Cruces” se puede observar el amanecer en las alturas de Paucartambo donde las nubes brotan desde la sabana amazónica. Este mirador es considerado como la puerta de ingreso de una de las primeras áreas naturales protegidas del Perú.
Ubicado en el pueblo de Acjanaco a tres horas de Paucartambo, a 68 millas al sur del Cusco, en el bosque de la nube que separa las laderas andinas gélidas de la Amazonía, el mirador permite divisar por encima de la niebla profunda el despliegue de un fenómeno único que se produce durante la salida del sol, generalmente entre los meses de junio y julio.
En el horizonte aparece una cruz formada por una luz blanca que se desliza en forma vertical, en el firmamento, parece que el sol cambiara de posición a lo largo del horizonte, las condiciones atmosféricas crean un conjunto de ilusiones ópticas que muestran tres soles; uno de ellos salta de un lado al otro. Para los lugareños el sol baila en junio y julio.
¿Por qué debemos preservar el Manu?
Convertidos en aliados de su conservación los pobladores de la Asociación de Artesanos de Bocamanu, quienes viven al interior de la reserva, aprovechan los recursos naturales como generadores de oportunidades. En el parque creado en 1973 crecen árboles de hasta 25 metros de alto, cubiertos de orquídeas. En una sola hectárea podemos encontrar hasta 250 especies de árboles.
El ronsoco, el águila arpía, la nutria de río, el otorongo entre otras especies emblemáticas de la Amazonía peruana encontraron en su biodiversidad el mejor hogar. Esta vasta biodiversidad y su belleza paisajística hacen de este lugar un destino turístico único en el mundo. Incluso alberga recintos culturales que evidencias la presencia de civilizaciones preincas.
Según el Servicio Nacional de Áreas Naturales protegidas por el estado peruano estas son algunas de las razones por las que la reserva debe ser preservada.
En 2017 la deforestación alcanzó la cifra de 143,425 hectáreas es por eso que en octubre de 2019 Francisco realizará el Sínodo Panamazónico que busca pensar nuevos caminos para los 9 países que involucran la Panamazonía. Solo así el Manu podrá seguir celebrando muchos años más de buena salud.
Hoy celebramos a...