El Festival Música Ocupa, una propuesta de “lujo” no para unos pocos, sino para muchos
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¿Música clásica entre medio de cajones de mercados o cárceles?
“Me voy a acordar de esto por el resto de mis días”, expresa Chavezpamba, una jubilada ecuatoriana de 78 años. Su testimonio aparece en la presentación video presentación del Festival Música Ocupa, una propuesta de música clásica en espacio inusuales en Ecuador.
Efectivamente, de eso se trata, de “ejecutar, enseñar y proliferar el arte de música clásica en Ecuador con énfasis en personas y comunidades que por lo general no tienen recursos ni disponibilidad de acudir a conciertos formales”.
Así lo expresan los integrantes de esta organización sin fines de lucro vinculados al grupo InConcierto que entre el 5 y 16 de junio promueven la segunda edición de este festival.
“Estamos comprometidos en nuestra labor de usar este proyecto como una herramienta de descentralización y democratización de acceso hacia la música clásica, la misma no debe ser exclusiva únicamente de los grandes teatros y debe estar disponible para todo quien quiera entenderla y apreciarla”, afirman en su sitio web.
Para ello, quienes están al frente de la propuesta se han marcado como objetivo inicial “18 conciertos” en “18 espacios no convencionales” a lo largo de dos semanas. También se cuenta con el respaldo de 29 músicos de 9 países de cinco continentes, quienes llenarán de belleza acústica espacios ávidos de alegría y deslumbramiento.
En ese sentido, algunos de los más llamativos, por ejemplo, son el cementerio de San Diego, la cárcel de máxima seguridad de Latacunga y la plaza Arenas, entre otros, confirmó a El Comercio el director del festival, Simón Gangotena, un destacado violinista ecuatoriano con gran trayectoria tanto a nivel local como internacional.
De esta manera, de la mano de esta propuesta, la música clásica retumba en los lugares menos esperados y se transforma en oportunidad que pueden disfrutar no solamente algunos pocos privilegiados, sino también aquellos a quienes se les regala la posibilidad de tomar contacto con diversas expresiones de belleza como las aquí presentadas.
“Es un lujo tener esto a la mano”, sentencia Perucho, un docente de 40 años.