La pregunta tras el asesinato de una guatemaleca en frontera México-EEUU
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Se llamó en vida Claudia Patricia Gómez González. Tenía 20 años de edad y un sueño grande de salir de la pobreza. Guatemalteca de ascendencia maya, originaria de San Juan Ostuncalco (departamento de Quetzaltenango). Viajó, como tantos otros compatriotas suyos, a Estados Unidos. A buscarse la vida.
Fue capturada en la frontera entre Nuevo Laredo, Tamaulipas (México) y Laredo, Texas (Estados Unidos) junto a otro grupo de inmigrantes que trataban de ingresar ilegalmente “al otro lado” del Río Bravo.
Su vida quedó desecha: un impacto de bala en la cabeza, a manos de un agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense, concluyó su viaje. Era el miércoles 22 de mayo. El día que será recordado como uno de los episodios más negros en la zona del Valle de Texas.
La temida Patrulla Fronteriza estadounidense, “La Migra” como se le conoce en el argot de los inmigrantes, se hizo cargo de ella. Un agente la mató por cuestiones que, aún, se desconocen.
Quizá trató de huir, acorralada por el miedo a la detención y a la deportación. Quizá solamente quiso esconderse. Quizá algunos de sus acompañantes agredieron con piedras al agente. El 7 de mayo había iniciado el viaje desde su tierra natal. Iba –esos sí se sabe—huyendo de la miseria.
Ella era la mayor de las tres hijas de la familia y en el 2016 se había graduado la escuela como perito contador. Con honores. Pero nunca encontró un trabajo con el que pudiera ahorrar y así cumplir con su meta de empezar una carrera universitaria.
Su madre pide justicia al gobierno de Estados Unidos. Guatemala analiza levantar una demanda. Centroamérica y México levantan la voz. Como lo hizo una vecina de la zona, al grabar con su celular el momento en que el agente aún no identificado procede a llevarse a los que acompañaban a Claudia Patricia. “Mataste a esa muchacha”, le dice la mujer al agente.
“Ella se fue por necesidad, mi hija no robó nada…, hace 15 días salió de la casa, ‘mamita, vamos a salir adelante, voy a ganar mi dinero…aquí no hay trabajo’, pero lastimosamente la mataron, migración la mató, mi hija no fue a robar nada”, dijo la madre de Claudia Patricia a la televisión guatemalteca, sin parar de llorar.
En el video, la mujer recrimina al agente de “La Migra” el haber disparado contra la jovencita. Mientras tanto su novio, Yosimar Morales, quien vive en Estados Unidos, dijo a la cadena Univisión que esperaba casarse con Claudia Patricia y comenzar una vida juntos.
A su vez Morales se suma a la voz de la madre de la joven y de muchos defensores de la comunidad inmigrante que piden justicia por este atroz asesinato. Como indocumentado Morales no podrá ir a darle sepultura a su novia en Guatemala, pena que comparte con miles de inmigrantes indocumentados que no han podido despedir a los suyos.
Astrid Domínguez, directora de la Unión de Libertades Civiles de Texas (ACLU), dijo que la investigación sobre la muerte de Claudia Patricia “debe ser completa y transparente” y que la Patrulla Fronteriza debe ampliar el uso de cámaras de video corporales para cada uno de sus agentes.
Por su parte, Ben Monterroso, director ejecutivo de la organización Mi Familia Vota, condenó el incidente y apuntó que las mujeres migrantes están entre las más vulnerables.
“Esta mujer, tan llena de potencial, no debió morir por tener los sueños y la determinación de hacer un futuro en nuestro país”, dijo Monterroso. “Nuestros agentes tienen la responsabilidad de proteger a todas las personas y nuestro gobierno, la de investigar las acciones de este oficial en forma independiente”.
La pregunta que recorre los duros meandros de la frontera de México con Estados Unidos es muy clara: ¿Quién ordenó esto; quién pudo ordenar esto? La respuesta es igual de clara: Nadie: esto es un crimen.