Muchos andan un poco perdidos, en qué lugar cronológico tenemos que ubicar la nueva aventura de Star Wars para saber qué y dónde nos están contando y lo que es más importante, ¿tiene alguna razón una película como Han Solo?
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La nunca suficientemente defenestrada trilogía de secuelas que nos brindó George Lucas a principios de este siglo (La amenaza fantasma, El ataque de los clones y La venganza de los Sith) en realidad, abrió un enorme abanico de posibilidades para los que vinieran después y quisieran seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro intergalácticos.
Superado el problemón de contar una historia, a la altura de las circunstancias, sobre cómo Anakin Skywalker se convirtió en Darth Vader y habiendo recaído todas las culpas sobre el mismo padre de la criatura, George Lucas, el espacio que se planteaba entre La venganza de los Sith y La guerra de las galaxias, aunque limitado (32 años según la cronología de la saga), ofrecía un sinfín de posibilidades.
En ese hueco se situaba Rogue One, en ese hueco va Han Solo y en ese espacio también iría el spin-off que se está preparando sobre Obi-Wan Kenobi. Aunque tres décadas dan para lo justo, los señores de Disney (ahora propietarios de los derechos de Star Wars) se encargará de que no haya minuto huérfano de su conexión con lo que ya conocemos. Es decir, todo gira en torno a la trilogía original, es decir, a La guerra de las galaxias, El imperio contraataca y El retorno del Jedi.
Rogue One nos contaba cómo se robaron los planos de la Estrella de la Muerte para que tuviera lugar el asalto que acontece en la película fundacional. Tal es así que el film de Gareth Edwards terminaba exactamente dónde empezaba La guerra de las galaxias. Todo un esfuerzo por hacerse con los fans de la saga que cuando aún no se habían secado las lágrimas tras haber visto una vez más a Peter Cushing interpretando a el gran Moff Tarkin, veían como una jovencísima princesa Leia recibía los planos de la Estrella de la Muerte escapando por los pelos de Datrh Vader, en una de las mejores escenas del film.
Ahora en cambio, con Han Solo. Una historia de Star Wars se penetra en un terreno inexplorado hasta la fecha. Si bien es verdad que la acción transcurre entre el Episodio III y el Episodio IV, el film de Ron Howard va a ser el primero que va a proponer una historia que nada tenga que ver con la fuerza, ni con Luke ni con su estirpe familiar. Lo interesante, o mejor, lo más llamativo de una historia como Han Solo es saber cómo el personaje que da título al film conoció a Chewbacca, qué tipo de relación mantenía con Lando Calrissian (que lo traicionará en El imperio contraataca) y cómo consiguió el Halcón Milenario. Es decir, y seamos francos, pura anécdota.
Dicho esto, el único sentido de Han Solo, y aquí no estamos hablando de que sea mejor o peor películas, es el dinero. Teniendo en cuenta que, de la nueva trilogía, la película que menos dinero ha recaudado ha sido Rogue One con más de mil millones de dólares. La lógica es muy sencilla, ¿por qué no seguir haciendo películas sobre el universo de Star Wars si hasta la fecha, no fallan? La mecánica es muy simple, no me lo negarán.