Entrevista a padre Manuel Nin, Exarca Apostólico para los católicos de tradición bizantina en GreciaAnte la tumba de San Nicolás de Bari, el papa Francisco rezará el próximo 7 de julio de 2018 por la paz en Oriente Medio. Allí pedirá por los cristianos perseguidos de todas las denominaciones, acabar con la violencia y la desesperanza que atraviesa los conflictos en Tierra Santa y la región en general, sin mencionar, el caos en Siria y Yemen.
“A este encuentro ecuménico por la paz, tiene la intención de invitar a los Jefes de Iglesias y Comunidades Cristianas de esa región”. A partir de ahora, el papa Francisco exhorta a los fieles a “preparar este evento con la oración”, informó el Vaticano. Especialmente, pensado para reflexionar sobre la “dramática situación en el Medio Oriente que aflige a tantos hermanos y hermanas en la fe”.
Se trata de un acto ecuménico y de fe ante los pies de San Nicolás, también conocido como San Nicolás de Myra (en Oriente, por su lugar de fallecimiento) o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados sus restos en 1087 por algunos marineros de esa ciudad del sur de Italia).
Este gesto representa simbólicamente nuevo aíre para los dos pulmones de la fe cristiana en occidente y en oriente, en memoria del obispo que vivió en el siglo IV. “San Nicolás es un santo venerado tanto en el calendario de las Iglesias orientales como en el de occidente. Además su tumba es lugar de peregrinación común”, confirmó a Aleteia padre Manuel Nin, Exarca Apostólico para los católicos de tradición bizantina en Grecia.
San Nicolás es el santo protector de los niños, las víctimas más vulnerables en los conflictos en Oriente Medio. “En la vida del Santo se narra que resucitó a tres niños. En muchos lugares de Occidente, en Europa, san Nicolás es su patrón. En el momento actual marcado de tanto sufrimiento por las guerras y las situaciones en las que los niños sufren y son víctimas inocentes, la celebración de san Nicolás nos lleva a tener presente esas situaciones y a comprometernos a buscar soluciones al drama del sufrimiento de los inocentes”, confirmó el padre Manuel Nin.
En esta línea, se recuerda el traslado de la costilla izquierda de San Nicolás de Bari, Italia hasta Moscú y San Petersburgo, Rusia, de mayo a julio 2017. Un gesto ecuménico y de unión en la fe común. Se calcula que 3,5 millones de peregrinos fueron atraídos por esta devoción.
Nicolás es el santo patrón de Rusia, Turquía y Grecia. Por eso, la importancia del gesto ecuménico convocado por Francisco.
¿Cómo este gesto de invocación de oración del Papa se relaciona con el respeto que existe para ambas iglesias de las reliquias de San Nicolás? “En Oriente, como también en Occidente, hay mucha veneración por las reliquias de los santos. Este es un aspecto que ya une a Oriente y Occidente. Rezar ante sus reliquias es poner a ese santo como intercesor en la vida de las Iglesias. Creo que esto es lo importante en el gesto del Papa, es decir rezar ante un potente intercesor, como es san Nicolás”, confirmó el Exarca Apostólico para los católicos de tradición bizantina en Grecia.
Cabe destacar que en la actualidad, no se sabe si la reunión también tendrá las características de una visita pastoral y si, además de los líderes religiosos cristianos, se invitarán a otros representantes religiosos. Ahora se esperan noticias de la respuesta a la iniciativa del Papa.
Por su parte, la Comunidad de San Egidio manifestó su regocijo y expresó agradecimiento por el anuncio hecho por el Pontífice. “También será una oportunidad para mostrar solidaridad con las antiguas Iglesias de Oriente Medio, cuya vida está marcada por el sufrimiento y cuyos fieles a menudo se ven obligados a emigrar”.
Es la tercera vez que el Papa latinoamericano viajará a Apulia en pocos meses, región italiana del sur: el 17 de marzo estuvo en San Giovanni Rotondo (Tierra de Padre Pío), el 20 de abril en Alessano y Molfetta (Tierra de Don Tonino Bello) y el 7 de julio, se trasladará al lugar donde se encuentran las reliquias del san Nicolás. Igualmente, se trata de la tercera visita que un pontífice realiza a Bari, luego de las ya efectuadas por Juan Pablo II en 1984 y por Benedicto XVI en 2005.