El pingüino de Magallanes habita durante el verano el extremo sur de Sudamérica
Una de las postales turísticas más maravillosas de Sudamérica, en lo que a fauna se refiere, es Punta Tombo, en Chubut, Argentina. En esta playa, a cien kilómetros de Rawson, la capital del Chubut, llegan un millón de pingüinos magallánicos anualmente. Ya el año pasado la playa había sido noticia por la cantidad de pingüinos, pero los datos de este año prometen nuevas cifras extraordinarias.
Según advierten quienes siguen de cerca esta colonia, la más grande de esta clase de pingüinos en el mundo, este año se dio una alta tasa de supervivencia de los dos pichones criados por cada pareja de pingüinos adultos, cuando normalmente lo que ocurre es una mayor supervivencia de una sola de las aves.
Ocurre que en temporada de bajo volumen de comida en la zona de la playa, los adultos, que llevan la comida a los pichones, terminan por priorizar al más fuerte y el débil tiende a morir. Pero este año volvieron a verse grandes cantidades de anchoítas en la zona de la costa.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.