Una investigación a cargo de científicos chilenos que invita a la reflexión “Antes de ir tenía una idea bastante pobre de lo que era la Antártica”, expresó Fernando Milagros, un reconocido músico chileno que recientemente estrenó un nuevo videoclip nada más ni nada menos que en la XIV Expedición Antártica Escolar, organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), recuerda el portal de esta organización.
Uno de los principales objetivos tiene que ver con generar identidad antártica en la comunidad nacional y para ello fue que se invitó a este cantante a ser parte de este proyecto, quien quedó más que impactado “por la magia que en el lugar, su día interminable y por la gente que está allí con espíritu de búsqueda y de aventura incansable”.
Fernando Milagros, el cantautor chileno que se emocionó con la Antárticahttps://t.co/knaOoRub0e ❄️🇨🇱🇦🇶 @Minrel_Chile @Paulina_Rojas_P @FMilagros @evegaartigues @EBarticevic @leculler @EricaWallstrom @Corfo @robertovargass @pablopax pic.twitter.com/RaRcTRhYRD
— INACH (@inach_gob) December 23, 2017
Efectivamente, entre el grupo de personas encantadas con la Antártica se encuentra un grupo de científicos chilenos, también vinculados al INACH, que se han transformado en noticia gracias al descubrimiento de un indicio alarmante, reproduce La Hora: “los mares del casquete polar austral registran aumentos de temperatura abruptos, con picos que, se suponía, recién iban a llegar en 100 años”.
En diálogo con ese medio, César Cárdenas, biólogo marino responsable de la investigación, aseguró desde la Base Yelcho en la isla Doumer que las consecuencias del hallazgo podrían ser “catastróficas”.
“Los organismos marinos antárticos han evolucionado en uno de los ambientes más estables del planeta (la temperatura varía entre -1,8 a 1,8 grados entre invierno y verano), por lo que no están adaptados a variaciones más extremas. Se espera que muchos organismos no sobrevivan a los cambios por el calentamiento global”, afirma.
El avance de este trabajo, con el apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) fue posible a través de la puesta a punto de un equipo de sensores cercanos a esponjas de mar a 20 metros de profundidad durante un año.
“El estudio se centra en las esponjas de mar, primero porque son organismos muy poco estudiados; y segundo, y más importante, porque cumplen roles trascendentales para el ecosistema. Si las esponjas sufren por el alza de temperatura, esto puede crear un efecto cascada que llegará a todo el ecosistema. Otorgan hábitat y alimento para muchos organismos y aparte cumplen funciones en los ciclos del carbono o nitrógeno”, agrega.
Las conclusiones y el hallazgo con respecto a esta investigación lo que hacen es generar reflexión y buscan despertar un verdadero sentido de urgencia ante una situación que aparentemente es más crítica que la pensada hasta el momento para esa zona de la “casa común” (Laudato Sí), el Polo Sur.
En el medio del arduo trabajo también se refleja la entrega de estos científicos en pos del bien común. “No es nada fácil. Las duras condiciones del tiempo hacen todo más difícil. Uno llega preparado para lo peor. A mi hijo de tres años le cuesta entender que el papá se vaya con los pingüinos por tanto tiempo (…) Pero bueno, es lo que nos apasiona. Hacer ciencia aquí no tiene precio”, añade.
Sin lugar a dudas César es un fiel reflejo de la gente que “está allí con espíritu de búsqueda y de aventura incansable”, como recuerda el famoso cantante chileno Milagros. Qué mejor que acompañar esta reflexión que con su música para empatizar un poco más con los colores y el diario vivir de esa zona fría, pero paradójicamente también caliente, del mundo.