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¿Mindfulness para aliviar las migrañas?

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Anna O'Neil - publicado el 16/02/18
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Según un estudio reciente, el mindfullness puede afectar físicamente a cómo sentimos el dolorDolor es una sola palabra, pero en un sentido neurológico, son tres actividades independientes en el cerebro. Y aunque dos se encuentran básicamente fuera de nuestro control, una de ellas no. Dado que actualmente escribo estas palabras con una migraña, he podido comprobar que esta información me está ayudando en esta mañana tan difícil, que no es poco. Voy a explicarlo.

Según un estudio publicado en 2016 en el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos, el dolor se compone de tres elementos:

1. Sensorial: una sensación de dolor, como resultado de que algo físico en tu cuerpo ha sido dañado o no funciona correctamente.

2. Cognitivo: el hecho de que te hayas dado cuenta de que sientes dolor y pienses en ello.

3. Afectivo-motivador: ver el dolor como algo desagradable y desear que pare.

En una resonancia magnética, cada elemento de lo que sentimos como dolor aparece como una actividad diferente en el cerebro. No hay nada, mentalmente hablando, que puedas hacer si alguna parte de tu cuerpo no funciona como debería y te duele.

Y, a menos que te quedes dormido, no tendrás mucho éxito si intentas eliminar el aspecto cognitivo del dolor. No es posible simplemente no darse cuenta de que algo duele. Pero, ¿qué ocurre con el tercer elemento, con el afectivo-motivador? Bueno, eso es otra historia.

Según el estudio, la práctica del mindfullness, este método de meditación también conocido como “conciencia plena”, puede alterar físicamente la actividad neuronal correspondiente relacionada con la manera en que el cerebro siente este tercer elemento del dolor, de tal forma que puede alterar su intensidad.



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Al margen de toda esta ciencia tan formal, los partidarios del mindfullness han reconocido este fenómeno y han creado su propio lenguaje. Clasifican el dolor en dos categorías:

  • dolor primario, que es la sensación de dolor en sí misma,
  • dolor secundario, que es nuestra propia resistencia natural al dolor, esa parte en la que pensamos “odio esto, ojalá termine ya, es horrible”. Es este dolor secundario el que puede controlarse en cierta medida.

¿Qué es esta “conciencia plena” y cómo alivia el dolor secundario?

Empezaré diciendo que cuando alguien me sugería trabajarla me sentía muy ofendido y, cada vez que salía esta expresión, resoplaba con rabia y cambiaba de tema. Parecía una sugerencia que no se podía tomar en serio. ¿Me estás diciendo que si pongo mayor empeño en respirar más lentamente y tener pensamientos felices mi dolor de cabeza se irá?

Parece ser que este tipo de meditación no funciona así. Cuando me encontré tan desesperado como para intentarla, descubrí que no es una moda pasajera, no es sensacionalista y tampoco es particularmente fácil. Pero es sencilla y merece la pena. (A propósito, los efectos positivos de esta meditación no pueden ser explicados por el efecto placebo).

La “conciencia plena” es simplemente percatarse del momento presente y todo lo que conlleva, los pensamientos, las emociones y las sensaciones. No es más que esta percepción. La verdadera conciencia plena implica sentir los sentimientos y el dolor y escuchar los pensamientos, sin juzgarlos, ya sea para bien o para mal. Se trata de centrarse en existir sin hacer nada más. Como ya he dicho, es simple, pero no es fácil.

Para mí, esta mañana, tener una atención plena significa sentir el dolor detrás de los ojos sin contestar deliberadamente a los pensamientos que de forma natural pasaban por mi cabeza: “Si me sintiera bien, podría hacer mucho más”, o “esto deseando que esto termine”, o “lo odio, ¿cuándo va a terminar?”. No quiero decir que no odie el dolor, simplemente elijo no darle importancia de forma consciente a mi respuesta afectiva-motivadora.

No ha logrado que el dolor desaparezca, pero ha hecho que de alguna forma la mañana haya ido mejor. Me consuela saber que no todo está en mi cabeza (sin querer hacer un juego de palabras). Una resonancia magnética me mostraría que hay un motivo por el que mi mañana ha ido mejor que la última vez. Esa región que se encarga de mi respuesta ante dolor secundario no está iluminada de forma tan brillante.


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