La página del evangelio de Marcos que guía hoy la reflexión del papa Francisco cuenta dos episodios de curación que son para “contemplar más que para reflexionar”. Porque indican “cómo era una jornada de la vida de Jesús”, modelo de cómo deberían ser las de los pastores, obispos y sacerdotes.
El apóstol describe a Jesús una vez más rodeado por una “gran muchedumbre, la muchedumbre de la gente que lo seguía” o a lo largo del camino o a lo largo de la orilla del mar.
Eran personas de las que Jesús se preocupaba: así es como Dios había prometido acompañar a su pueblo, subraya el Papa: estando en medio de él.
No es un consultorio
Jesús no abre una consultoría espiritual con un cartel “El profeta recibe los lunes, los miércoles y los viernes de las 3 a las 6. La entrada cuesta tanto o, si quieren, pueden dejar un donativo”.
No, no hace así Jesús.
Tampoco abrió una consulta médica con el cartel “Los enfermos vengan tal día, tal otro, y serán curados”.
Jesús se mete en medio del pueblo.
Y “esta es la figura de pastor que Jesús nos da”, observa Francisco. Y habla de un "sacerdote santo que acompañaba así a su pueblo” y que a la noche por este motivo, estaba “cansado”, pero con un “cansancio real, no ideal”, “de quien trabaja” y está en medio de la gente.
“Salir al encuentro de las dificultades cuando lo pide la gente”
El evangelio de hoy enseña también que entre la gente Jesús era “apretujado” alrededor y “tocado”.
En cinco ocasiones se usa esta palabra en la página de Marcos, observa el Papa, subrayando que así hace el pueblo también en sus visitas pastorales. Lo hace para “tomar gracia” y esto el pastor lo siente.
Y nunca Jesús se echa atrás. Al contrario, lo “paga”, también con la “vergüenza” y la “burla”, “por hacer el bien”.
Son estas las “huellas del modo de actuar de Jesús” y por tanto las “actitudes del verdadero pastor”.
El pastor es ungido con el aceite, el día de su ordenación: sacerdotal y episcopal. Pero el verdadero aceite, el interior, es el aceite de la cercanía y de la ternura.
Cercanía y ternura
Al pastor que no sabe ser cercano, le falta algo: quizás es un amo del campo, pero no es un pastor. Un pastor al cual le falta ternura será un rígido, que da bastonazos a las ovejas.
Cercanía y ternura: lo vemos aquí. Así era Jesús.
También el pastor, como Jesús, añade Francisco, “termina su jornada cansado”, cansado de “hacer el bien”.
Y si su actitud es esta, el pueblo sentirá la presencia de Dios vivo. De aquí sube al Señor la oración de hoy del Papa.
Hoy podríamos rezar en la Misa por nuestros pastores, para que el Señor les dé la gracia de caminar con el pueblo, de estar presentes con el pueblo con mucha ternura y cercanía.
Y cuando el pueblo encuentra a su pastor, siente eso tan especial que sólo se siente en la presencia de Dios –y así termina el pasaje del evangelio –:
El asombro de sentir la cercanía y la ternura de Dios en el pastor.
Artículo publicado por Radio Vaticano y traducido al español por Aleteia