La extraordinaria historia de Nazaria Ignacia March Mesa, la primera santa de Bolivia
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En el acta formal con el que se dio a conocer el decreto por el que el papa Francisco aprobó la canonización de la beata Nazaria Ignacia March Mesa constan los datos de su nacimiento y de su fallecimiento. Sin embargo, ni en España, donde nació en 1889, ni en la Argentina, donde falleció en 1943, se resume tanto como en Bolivia lo que es el gran legado de esta nueva santa. Es que el país desde el cual esta santa hispanoamericana irradió su espíritu misionero y evangélico fue justamente Bolivia, del que será su primera santa.
Hasta el presidente Evo Morales se mostró agradecido por la santidad de Nazaria y destacó que “fue muy valiente, inteligente e identificada con los mineros y la clase trabajadora”.
Pero para resaltar aún más la identidad hispanoamericana de esta nueva santa, donde Nazaria Ignacia acogió el primer llamado religioso no fue en ninguno de los países hasta ahora citados, sino en México, a donde su familia se había trasladado durante su adolescencia.
Inicialmente, la santa ingresó en la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908, a los 19 años. Con esta familia religiosa fundada por santa Teresa Jornet se trasladó a Oruro, Bolivia, en 1912.
Durante 12 años Nazaria sirvió a los ancianos de Bolivia en esa localidad, hasta que ante las necesidades sociales que advertía fundó lo que sería la primera congregación boliviana, un nuevo instituto con un nuevo carisma, la congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia, que luego serían las Misioneras Cruzadas de la Iglesia.
“Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios”, expresó por esos años, en una frase que confirma su amor por su patria adoptiva.
Desde Oruro, Nazaria inició un camino de atención a todos, especialmente los carenciados y desempleados, con un foco especial en la formación técnica para mujeres, hogares para niños huérfanos, y otras iniciativas con las que pronto cruzaría las fronteras.
En la Argentina ya en 1930 abrió una primera casa en Villa Pueyrredón, en las periferias de la ciudad, en el que las hermanas atendían el colegio Dámasa Zelaya de Saavedra. Era la primera casa fuera de Bolivia de la Congregación. Allí, a Nazaria, como en Bolivia, le gustaba “bajar a la calle”, y caminar entre pobres, ancianos, mujeres, y niños.
El júbilo de Bolivia en nada opaca el júbilo que se siente por estas horas en la comunidad de Villa Pueyrredón, en Buenos Aires, en especial en torno a la parroquia Cristo Rey, en la que se conservan reliquias de la nueva santa y en torno a la cual sirven las Misioneras Cruzadas desde su casa provincial. Es en este barrio porteño en el que se conservaron sus restos desde su fallecimiento hasta su traslado a Oruro, en 1972.
Pero la Argentina no fue el único destino de la misión nacida en Bolivia por la Madre Nazaria y sus hijas. Hoy la Congregación tiene presencia en 21 países, e incluso la Curia General está en Madrid, ciudad que vio nacer a esta nueva santa 100% hispanoamericana.