Alexandra Pereira, Lovely Pepa, cuestiona en un video a Vogue ante el ciberacoso que ha sufrido en su página.
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El papel que juegan las revistas de moda en la sociedad siempre ha sido controvertido, sobre todo por la idea de “perfección” que la mayoría sugiere y que a veces puede causar problemas que van desde una baja autoestima hasta desórdenes alimenticios (sin que estos sean excluyentes).
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Pero esta vez ha sido Vogue España la que ha sido señalada por una famosa blogger y youtuber española, Alexandra Pereira (mejor conocida como Lovely Pepa), por permitir el bullying cibernético a través de un foro de su página web.
Pereira tiene más de ocho años en el mundo online y es muy reconocida a nivel internacional, tanto que las más prestigiosas marcas la llaman para hacer proyectos juntos y ahora hasta se ha aventurado a lanzar su propia línea de ropa.
Sin embargo, según ella, es precisamente su éxito lo que aparentemente molesta a sus detractores, quienes han escrito más de 70 mil mensajes en este apartado de la revista en su página web para cuestionar desde las verdaderas razones por las que las empresas la buscan (dando a entender que es a cambio de favores sexuales) hasta para burlarse de su novio que es de origen árabe.
Lovely Pepa tiene claro que las críticas van a existir (el llevar casi una década en esto se lo ha enseñado) y las entiende siempre y cuando se hagan desde el respeto, pero su demanda -que la hizo a través de un video de 30 minutos en YouTube- es que le parece insólito que una revista con tanto prestigio y se hace calificar como “elegante” permita en su propio sitio web un apartado donde cualquiera que use un pseudónimo pueda descalificar a otro ser humano de cualquier cosa; aclarando que no solamente ella está allí, sino que hay hilos de diferentes bloggers y artistas, donde se les denigra y se le hacen acusaciones sin pruebas.
Otra cosa que es bien interesante es que Pereira utiliza este incidente no sólo para dejar al descubierto a Vogue o exponer su caso personal, sino para hacer unos cuestionamientos que, particularmente, me parece que hacen un llamado importantísimo a la reflexión.
1. ¿Por qué las mujeres nos atacamos las unas a las otras en lugar de apoyarnos?
(La mayoría de las lectoras de Vogue, seamos claras, son del sexo femenino) En un mundo que dice estar comenzando una “revolución femenina”, habría que preguntarse: ¿realmente estamos listas para ello?
Por ejemplo, hablamos de derechos laborales para todas pero al día siguiente criticamos a una compañera de trabajo por horas sólo porque llevó una falda que no nos gustó. Quizá tenga que ver con que nos las pasamos comparándonos entre nosotras (que ya hablaremos de eso la semana que viene), midiéndonos, como si se tratara de una constante insana competencia.
2. ¿Seguimos siendo una sociedad intensamente racista?
Pereira se demostró muy afectada por los comentarios contra su pareja, a quien llaman “Príncipe de Persia” en ese foro (aunque es árabe, no persa) y hasta lo acusan de no haber querido mostrar su departamento porque vivía hacinado con otros inmigrantes.
¿Por qué seguimos usando el origen de una persona para buscar denigrarla o hacer una burla de eso? ¿Qué tantas personas creen todavía que porque son de un país son mejores que otras?
¿Tú te juntas con personas así, por qué? En el fondo, habla de una crisis de valores en el mundo, donde en vez de fijarnos en los sentimientos y buen actuar de las personas, nos enfocamos en cosas tan superficiales como su aspecto, lo que tiene, etc.
Y en la medida que nos hagamos cómplices de ello (por ejemplo, no diciendo nada cuando escuchamos algo así o permitiendo todo un blog donde la gente pueda escribir lo que quiera sin ningún tipo de consecuencia), será como un virus propagándose y alimentándose de los odios y frustraciones ajenas.
3. ¿Es hora de reformular las leyes sobre acoso cibernético? ¿Cuál es el verdadero propósito de las comunicaciones digitales?
En una era donde parece que la vida transcurre en las redes sociales, resulta irónico que no existan muchas leyes claras para proteger a los usuarios en ambos sentidos. Como dice Lovely Pepa, ¿por qué no se obliga que la gente ponga su verdadero nombre y apellido cuando van a emitir una opinión de la que se muestran supuestamente muy orgullosos?
Internet debería ser un lugar de encuentro, pero fácilmente puede promover anti-valores o producir aislamiento del que tenemos al lado, así que está en nosotros (especialmente en aquellos que dirigen medios digitales) respetar la dignidad y el valor de la persona humana.
4. ¿Qué tanto estamos dispuestos a hacer por puro dinero?
La bloggera cuestiona a la editora digital de Vogue y al grupo Condé Nast por permitir ese foro sólo porque le reporta muchas visitas y, por ende, ganancias a costa del maltrato y la humillación de personas.
Esto me ha hecho pensar también en los programas de televisión de chismes y mucha de la prensa rosa, donde muchos de ellos se dedican a hacer exactamente lo mismo pero se les considera “entretenimiento” y así se consumen.
¿Acaso nos hemos puesto a pensar en la otra persona? ¿Nos gustaría que hablaran así de nuestra madre, hermana, hija o sobrina? Obviamente al ser personajes públicos están expuestos a otro tipo de cosas, ¿pero dónde está el límite?
¿Por qué se habla por horas de un tema que a veces se trata de suposiciones y no hechos? ¿Qué pasaría si los artistas también expusieran la vida de los anclas y periodistas? ¿Hay acaso una competencia de superioridad moral? Y en el caso de los que no se dedican a ello, ¿te has puesto a pensar qué aporte tiene tu trabajo para la sociedad? ¿Es algo que tomas en cuenta a la hora de cambiar de empresa o solicitar un nuevo cargo?
5. ¿En qué y en quién invertimos nuestro tiempo?
A veces nos sentamos a comparar nuestros éxitos con los de otras personas en lugar de ponernos a trabajar para lograr aquello que anhelamos. También ocurre que nos dejamos influenciar demasiado por los comentarios de gente negativa (que siempre va a existir) en lugar de llevar nuestra vida desde el optimismo y apoyándonos en la gente que realmente quiere nuestro bien (en el caso de la blogger, especialmente su madre).
Claro, en el caso de Lovely Pepa estamos hablando de más de ocho años de ataque masivo; sin embargo, igual es la primera vez que ella se pronuncia. Pero allí está, ella los ignoró todos estos años y hoy en día ha sido su esfuerzo, trabajo y dedicación lo que ha hablado con más fuerza y la ha puesto en el lugar de éxito que está hoy en día. Mejor construir que destruir.
Vogue lanzó un comunicado donde aseguraron estar “profundamente comprometidos con el respeto a la mujer” y decidieron cerrar el foro por completo. Asimismo, su editora ha llamado a varias de las influencers de las que se ha hablado allí para ofrecer sus disculpas.
Más allá si se trata de un gesto sincero o no, ¿habría pasado esto si Lovely Pepa no hubiera hecho ese video y muchas otras mujeres no le hubieran dado su apoyo con el hashtag #AdiósForoVogue?
Como dijo una vez el Papa Francisco: “El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno a la preocupación por la humanidad”.
