La “gruta de San Pedro” en Antioquía se considera una de las primeras iglesias de la cristiandad
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El capítulo 11 de los Hechos de los Apóstoles dice que Antioquía fue la ciudad en la que, por primera vez, los discípulos de Jesús fueron llamados “cristianos”. La tradición ha entronizado a Pedro como fundador de la Iglesia de Antioquía, según la narración del mismo libro de los Hechos, que habla no solo sobre la llegada de Pedro y Bernabé a la ciudad turca, sino también sobre su predicación.
Además, esta misma tradición asegura que fue en la Knisset Mar Semaan Kefa (“gruta de San Pedro” en arameo) donde Pedro celebraba la Eucaristía para su comunidad. Es decir, esta pequeña cueva podría ser el primer lugar de veneración de la antigua Iglesia de Antioquía.
Emplazada en una de las laderas del monte Starius, la cueva tiene una profundidad de tan solo trece metros y una altura de siete, desde el suelo hasta el techo. Las partes más antiguas de la estructura que vemos hoy, construida alrededor de la cueva original, sencillamente excavada en la montaña, son de los siglos IV y V e incluyen una serie de suelos de mosaico y algunos frescos conservados a la derecha del altar.
Siglos atrás, una serie de pequeños acueductos suministraba agua (considerada milagrosa) desde unas fuentes cercanas hasta una zona designada donde se celebraban los bautizos, aunque una serie de terremotos relativamente recientes inutilizó estos canales.
Cuando los cruzados tomaron Antioquía durante la Primera Cruzada en 1098, se añadió una fachada a la cueva, que fue reconstruida ocho siglos después, en 1863, por frailes capuchinos siguiendo órdenes del papa Pío IX.
Hoy día, la cueva se usa únicamente como museo aunque, previo permiso, se celebran algunas ceremonias religiosas, en especial el 21 de febrero, día en que Antioquía celebra la fiesta de su patrón, san Pedro.