Interesante reflexión en USS Callister sobre cuando la tecnología pone al hombre en el lugar de Dios
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La serie creada, escrita y orquestada por Charlie Brooker nos deja una nueva temporada con seis inquietantes visiones sobre cómo la tecnología puede llegar a alterar nuestra vida en hipotéticos, alternativos y/o inminentes futuros más o menos plausibles, posibles o incuso ya alcanzados.
Como en la anterior temporada, ya producida bajo el auspicio de la plataforma estadounidense Netflix tras las dos temporadas iniciales (más un episodio especial navideño) del británico Channel 4, ahora son de nuevo seis capítulos que duplican los tres con que al principio nos asomabamos a esa superficie oscura y brillante donde se nos invita a reflexionar sobre posibles futuras evoluciones de nuestra relación con la tecnología y del papel de estos avances en nuestras vidas, relaciones y destinos.
T4E1: USS Callister
Dir. Toby Haynes, Int. Jesse Plemons, Cristin Millioti, Jimmi Simpson
Los mundos virtuales generan realidades alternativas cada vez más hiperrealistas, pero cuando un individuo se arroga la capacidad de ser el “dios” de uno de estos universos intangibles el mayor problema será que, a diferencia de lo que ha sucedido con nosotros y nuestro Dios creador, este “dios” no ha dotado a sus criaturas de libre albedrío.
La ambientación homenajea indisimuladamente al universo de la popular serie televisiva y de películas “Star Trek”, dando una vuelta de tuerca sobre lo ya planteado en la película “Galaxy Quest” (Dean Parisot, 1999) o en la reciente serie “The Orville”, además de recordar el relato de Harlan Ellison “No tengo boca y debo gritar”.
T4E2: Arkangel
Dir. Jodie Foster, Int. Rosemarie DeWitt, Brenna Harding
El temor de una madre a que su pequeña hija se pierda, tras extraviarla brevemente durante una visita a un parque, la lleva a implantarle un complejo y experimental sistema de seguimiento (el Arkangel del título) que además evita que pueda ver u oír todo aquello que le resulte desagradable.
Tras la inicial tranquilidad los años transcurren pero esas lagunas sensoriales, ese filtro paterno sobre experiencias desagradables, comportará graves carencias emocionales y planteará la cuestión de cómo y cuándo esa madre debe dejar de ser una voyeur de la vida y las emociones de su propia hija.
Este episodio aborda un más allá en los controles parentales existentes actualmente en los dispositivos móviles, en el acceso a redes sociales o el uso de videojuegos: cuando se pasa del uso al abuso, de la protección a la hiperprotección.
T4E3: Cocodrilo
Dir. John Hillcoat, Int. Andrea Riserborough, Andrew Gower, Kiran Sonia Sawar
La reacción de una pareja de amigos ante un accidente de tráfico en el que se ven envueltos tendrá consecuencias años después y dará lugar a una compleja espiral de reacciones. El trasfondo tecnológico en esta ocasión tiene que ver con un sistema de recuperación de recuerdos que empleará una investigadora de seguros.
En algunos aspectos este episodio puede recordar tanto a la serie homónima como a la película “Fargo” (Joel & Ethan Cohen, 1996) en cuanto a la generación de una espiral de decisiones desafortunadas. Cabe destacar un elogiable trabajo de dirección y fotografía que traslada al espectador la frialdad de la Islandia, donde está ambientado este episodio, contagiada a la actitud aparentemente desapasionada de la protagonista al afrontar las terribles decisiones que toma.
T4E4: Cuelguen al DJ
Dir. Tim van Patten, Int. Georgina Campbell, Joe Cole, George Blagden, Gwyneth Keyworth
Un sistema centralizado se encarga de formar parejas, fijando incluso la duración que va a tener su relación o el menú de la cena en su primera cita. Ante la brevedad del período que se les concede, y a pesar de la opinión que expresan (“todo es más sencillo cuando está planificado”) una determinada pareja se dará cuenta de que quizá ese sistema tenga sus fallos cuando les asigna a cada uno diversas relaciones insatisfactorias mientras guardan el recuerdo de la que les unió en una ocasión.
Delegar en un sistema centralizado la formación de las parejas, el cortejo y hasta la duración estimada de la relación fruto de ese encuentro parece ofrecer la perfección de los fríos datos analizados por la máquina, pero ¿dónde queda la voluntad de los individuos? ¿dónde la mayor escuela de la vida, que es el cometer equivocaciones y aprender de ellas?
T4E5: Cabeza de metal
Dir. David Slade, Int. Maxine Peake, Jake Davies, Clint Dyer
Quizá el más minimalista de los episodios de la serie desde sus comienzos hasta ahora.
Filmado en blanco y negro, la historia nos sitúa en una ambientación postapocalíptica en la que los supervivientes a una innominada situación que ha diezmado a la población deben huir del acoso de unos perros robóticos inspirados en los desarrollados (en nuestro mundo real) por la empresa Boston Dynamics.
Esencialmente se nos narra la huida de una superviviente a una incursión en un almacén y su lucha contra uno de estos perros robóticos sin que, a diferencia de la mayoría de los episodios, tengamos un giro final que desvele parte de un mensaje más o menos moralizante.
T4E6: Museo negro
Dir. Colm McCarthy, Int. Letitia Wright, Douglas Hodge, Daniel Lapaine
Este episodio es a su vez un compendio de tres historias, narradas por quien regenta el peculiar museo de curiosidades tecnológicas al que alude el título. A lo largo de cada una de las tres minihistorias podremos reconocer diversas referencias a episodios anteriores de “Black Mirror” (de esta temporada y de las anteriores) además de que en el propio museo encontraremos expuestos elementos que nos remiten a episodios anteriores, como en una suerte de compendio general de la obra.
En cada subtrama hay un elemento tecnológico que afecta de diferente forma a sus protagonistas, todos ellos relacionados con la transferencia, mediante diversas soluciones, de la conciencia del individuo, pero finalmente descubriremos que hay un nexo común entre todo y que los elementos a cuyo desarrollo hemos asistido por separado pueden ser objeto de mutua combinación.
Ficha Técnica
Serie creada por Charlie Brooker
Producida y escrita por Charlie Brooker y Annabel Jones
Año de la 4ª temporada: 2017
Plataforma: Netflix
Calificación por edades: No recomendada a menores de 16 años