El estreno de El extranjero nos descubre a un Chan mucho más comedido de lo habitual, pero te vamos a demostrar que su vena dramática viene de lejos
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1. El protector (1985). En su segunda incursión en la industria de Hollywood, Chan interpretó a las órdenes del temible James Glickenhaus (El exterminador) a un policía taciturno y expeditivo, muy alejado de los personajes cómicos y desenfadados que interpretaba en Hong Kong. Tuvo una pésima relación de trabajo con Glickenhaus, pero el filme le inspiró a buscar nuevos registros como actor… Y a rodar Armas invencibles.
2. Protección a un ser menor (1985). Aunque el brillo interpretativo se lo lleva Sammo Hung haciendo de discapacitado intelectual, aquí la estrella hongkonesa, además de ejercer de héroe, demuestra su sensibilidad ejerciendo como figura protectora (y sensible) para su hermano. De ahí que, tras un explosivo clímax que es Chan en estado puro, haya una larga escena dramática destinada a mostrar su lado más tierno.
3. Gángster por un pequeño milagro (1989). La película preferida de las que ha dirigido el propio actor es un remake de Un gángster para un milagro, de Frank Capra, con Gua Ah-leh en lugar de Bette Davis, y Chan en la piel de Glenn Ford, en una comedia de época opulenta y repleta de buenas intenciones. De hecho, en su ritmo y la estructura de sus gags hay un (reconocido) homenaje a los musicales de Hollywood.
4. Crime Story (Historia de un crimen) (1993). A partir de una historia policíaca clásica –la del agente de la ley traumatizado por un tiroteo en acto de servicio que se ve obligado a superar sus problemas personales–, Chan crea otro papel a su medida con el que alcanzar lo que no lograba El protector: convertirle en una figura taciturna y torturada, que ni sonríe ni se divierte cuando tiene que pelearse con sus antagonistas.
5. Máximo rival (1999). ¿Jackie Chan protagonizando una comedia romántica junto a Tony Leung y a Shu Qui? Sí, es posible. Para ello buscó la complicidad de Vincent Kok, colaborador habitual de Stephen Chow, e intentó salir de su zona de confort interpretando a un auténtico seductor de mujeres… Reservándose, claro está, una pelea final contra un miembro del Jackie Chan Stunt Team, Bradley James Allan.
6. New Police Story (2004). Esta versión renovada de la serie Police Story –que se iniciara con la ya mencionada Armas invencibles– no deja de ser una variación de Crime Story (Historia de un crimen) en la cual el personaje de Chan cae todavía más bajo, refugiándose en el alcoholismo. Una película que demuestra que al actor le sientan bien las arrugas y la pérdida de ese optimismo a prueba de bombas de sus inicios.
7. La venganza del dragón (2009). Una década tardó el director Derek Yee en desarrollar esta incursión de Chan en las historias de yakuzas, con una violencia más expeditiva y menos exhibicionista de lo que es habitual en la filmografía de la estrella hongkonesa, y que le permitía, además, lanzar una reflexión, justificada sobre su estructura de género, sobre la emigración china.
8. The Karate Kid (2010). A la hora de sustituir a Pat Morita en este remake llevado a China de la Karate Kid, el momento de la verdad original, Chan optó por alejarse de la figura beatífica que representaba aquél y crear un Sr. Han más ceñudo y, por eso mismo, más humano y más cercano al espectador. Es mérito del actor que sus lecciones de vida y, lo que es más importante, sus hazañas físicas resulten creíbles.
9. 1911 (2011). Pese a que, durante años, Chan había eludido mezclar su carrera cinematográfica con cualquier idea política, con 1911 quiso realizar una declaración nacionalista –y un guiño más que evidente al gobierno chino– que, al mismo tiempo, le permitía ponerse en la piel de un revolucionario sin tener que recurrir a sus secuencias de artes marciales idiosincrásicas.
10. Dragon Blade (2015). Aunque la presencia de unos despistadísimos John Cusack y Adrien Brody puede hacer pensar que se trata de una comedia, no lo es: se trata de una narración épica, generosa en el uso de efectos especiales digitales, y en la que, peinado imposible aparte, Chan demuestra que, a carisma, es difícil ganarle. Y a espada también, ojo: que se lo digan a Cusack y a Brody.