¿Logrará llegar al corazón y la mente de los chilenos? Es la pregunta abierta del primero de los viajes internacionales del Pontífice en 2018 Laicos de la diócesis de Osorno protestan por el silencio de la Iglesia ante los abusos sexuales y ‘hacen lío’ faltando pocos días a la visita de papa Francisco a Chile, igual las comunidades Mapuches que exhortan a que se pronuncie por sus demandas históricas. Además, tres iglesias son atacadas y reciben amenazas ante la visita del Papa al país. La amenaza: “las próximas bombas serán en tu sotana”.
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Tres iglesias son atacadas y reciben amenazas ante la visita del Papa a Chile
Los sondeos revelan que una buena parte de la población chilena considera que la visita del Obispo de Roma no es importante o son indiferentes a ella (entre el 30% y el 50%, según de quien la realice). Y ayer, una ONG norteamericana publicó una lista de 80 religiosos o sacerdotes condenados o acusados de abusos sexuales en el país.
En este contexto, el itinerario del papa Francisco en Chile se presenta como un horizonte accidentado y difícil. Especialmente, los críticos reclaman el por qué no hay sombra de una cita, aunque sea breve, con las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, y no hacen caso a los argumentos que valoran que hay poco tiempo, apenas tres días, en el programa oficial.
Los datos detrás de las encuestas de aceptación del viaje del Papa a Chile indican que la gente acepta la visita papal, sin que se les toque el bolsillo, apenas un 17% quiere aportar económicamente.
El país más estable en materia económica de la región parecería ser una isla, y no feliz, para el catolicismo, y se encuentra fuera de las tendencias de América Latina – con excepción del Uruguay, el único país oficialmente laicista del continente. La espina en el costado de la Iglesia ha sido el caso Karadima, el sacerdote a cargo de El Bosque, una parroquia grande en Santiago, provocaron un éxodo en la iglesia (ver datos abajo).
En 2010, la imagen mediática de la Iglesia se desploma. El padre Karadima, ya retirado del ministerio y de la vida publica, tenía estrechos vínculos con la élite de Chile. Esto significó una aparente conexión entre impunidad por muchos años y el poder de la iglesia institucional.
El nombramiento de Juan Francisco de Barros, un asociado del cura en desgracia, como obispo de la diócesis de Osorno fue la gota que hizo llenar el vaso. Para la opinión pública en Chile eso fue un error.
En efecto, la crónica de estos días en Chile está relacionada con los abusos sexuales del clero, la aparente permisividad de la jerarquía y el mencionado caso Karadima.
El papa Bergoglio ha tenido una posición dura contra los abusos sexuales y pedido “tolerancia cero” contra clérigos abusadores. Sin embargo, los reclamos de transparencia en materia coinciden con su visita apostólica y tienen resonancia en los medios de comunicación chilenos.
Lista de sacerdotes acusados de abusos sexuales
Así, ayer, se informó que alrededor de 80 clérigos católicos han sido acusados de abusos sexuales desde el año 2000 en Chile, según BishopAccountability.org, organización que tiene sede en los Estados Unidos. Se trata de un archivo que tiene una lista de religiosos, sacerdotes, acusados públicamente de abusos sexuales contra menores, además usando las informaciones de los tribunales y de la crónica judicial.
El grupo señala que la lista representa una parte sólo del número total de sacerdotes acusados y que los líderes de la Iglesia Católica deberían haber denunciado a la justicia más casos y evitado las prescripciones u obstáculos.
En la lista se encuentra el caso de Fernando Karadima, hoy de 87 años, acusado de haber cometido abusos sexuales de niños desde los años 80 y condenado por el Vaticano en 2010, pero no por la justicia chilena que cerró el caso por falta de pruebas.
Carta revela frustrado plan del Papa para alejar a obispo Barros
Y vuelve el caso Karadima a la crónica por una carta inédita del Papa, con fecha 31 de enero 2015, que reveló la agencia Associated Press este jueves 11 enero y dirigida al Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile.
La misiva está firmada por el Pontífice latinoamericano y en ella se ilustra un plan para exigir la renuncia y pedir un año sabático a tres obispos involucrados en el encubrimiento de los casos de abuso sexual del ex párroco de la iglesia de El Bosque. Entre ellos, Juan Barros.
La publicación afirma que el Papa conocía de las preocupaciones de los obispos por la designación de Juan Barros como Obispo de Osorno, señalado como uno de los encubridores.
Según revela la carta, el Papa agradeció por “manifestar abiertamente la inquietud que en estos momentos tienen respecto al nombramiento de Mons. Juan Barros Madrid”. Y agregó que comprende su testimonio y es “consciente de que la situación de la Iglesia de Chile es difícil debido a todas las pruebas que han tenido que soportar”.
Igualmente, se subrayó que a finales del 2014 el Nuncio Ivo Scapolo “le pide a Mons. Barrios la renuncia y lo exhorta a tomar un periodo sabático (un año, por ejemplo) antes de asumir otra responsabilidad como obispo diocesano”.
También comenta que el mismo proceder se tomará con los obispos de Talca y Linares. Sin embargo, el plan se frustró al ser comentado a Barros.
Frente a esta situación, el Obispo de Roma agrega: “como ustedes podrán comprender, este comentario del Sr. Nuncio complicó y bloqueó todo eventual camino ulterior en el sentido de ofrecer un año sabático.” Consultado por AP, Barros negó saber de la carta y expresó una vez más su inocencia.
En 2015, el Papa irritó a los detractores de Karadima en un vídeo grabado en la Plaza de San Pedro. El lenguaje espontáneo que lo ha premiado en otras circunstancias, ahí causó estragos cuando Francisco señaló que ‘la comunidad de Osorno’ sufría por ‘tonta’ por dejarse llenar la cabeza de políticos de la ‘zurda’, es decir de izquierda.
La Iglesia ha disminuido en Chile
Hace 30 años, la visita de Juan Pablo II a Chile también ocurrió en un contexto complejo. En 1987, el país estaba entrando en una nueva fase y Augusto Pinochet quería mantener su dictadura militar a fuerza de manipular incluso la presencia del Papa en el país. Entonces, la Iglesia era considerada la rígida defensora de los derechos humanos.
Después de tres décadas algo ha cambiado. La confianza en la Iglesia católica hoy ha diminuido, de acuerdo con las encuestas del Latinobarómetro. “No se puede decir que Chile no tiene una mayoría de católicos en su población, pero esta dejó de ser la religión dominante en éstos 19 años”.
“En 1995 Chile tenía 74% de Católicos con 65 puntos de diferencia con: ateos/ agnósticos/ sin religión 8% o evangélicos 9%. En 2013 Chile pierde 17 puntos porcentuales de católicos llegando a 57% y los sin religión (ateos/ agnósticos aumentan a 25% acortando la distancia entre ambos a 32%”.
El informe regional mira la evolución del catolicismo a un año de la llegada del papa Francisco al solio de Pedro. Es decir, que hay que esperar que en estos cinco años de pontificado haya una semilla que germine durante este viaje apostólico. Además porque Francisco ha hablado de una Iglesia defensora de los más débiles, de los desfavorecidos, en salida y más pobre. Un reforma de la iglesia que inicia por los corazones.
Secularización
Por otro lado, es indudable, el proceso de secularización en Chile. Los datos indican que sorprende porque el país no tenía una tradición de agnosticismo hace dos décadas. ¿Qué paso?
El alto crecimiento económico que ha tenido en las últimas décadas probablemente haya traído consigo un proceso de secularización. Sólo Chile ha sufrido esta transformación. Uruguay ya vivía el secularismo hace veinte años, y siguió por esa senda.
El Pontífice en Colombia habló a la mente y a los corazones de la gente. En Bogotá produjo el milagro de tres días sin muertos. ‘No se dejen robar la esperanza’ y el resultado fue una gran empatía sobre temas fundamentales como la reconciliación, la justicia social y el camino hacía la paz para ‘dar el primer paso’. Ahora, la pregunta que queda abierta: ¿El Papa logrará llegar al corazón y la mente de los chilenos?