Un privilegio especial concedido solamente a miembros de tres órdenes papales de caballería
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Mira tú por dónde, esto es nuevo (al menos para mí). Me pregunto si alguien lo ha intentado últimamente:
Todos los años, casi cinco millones de cristianos hacen una peregrinación al Vaticano para celebrar y madurar su fe y también para visitar los múltiples lugares colmados de historia de la Iglesia. Los visitantes esperan ver los Museos Vaticanos, los legendarios frescos de la capilla Sixtina o la basílica de San Pedro. Sin embargo, hay un elemento que probablemente nadie piensa que podría ver allí: un caballo. Aunque suene extraño, lo cierto es que es posible, gracias a una pequeña norma, tan peculiar como poco conocida, que permite a algunas personas montar a caballo dentro de la basílica de San Pedro.
Esta norma es un privilegio especial concedido solamente a miembros de tres órdenes papales de caballería, órdenes especiales de caballeros que reciben una concesión en nombre del Papa a través de su autoridad como cabeza de la Santa Sede y soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
De las actuales cinco órdenes papales de caballería conferidas hoy día directamente por la Santa Sede, solamente dos disfrutan del privilegio. Estas dos órdenes son la Orden Papal de San Silvestre y la Orden Papal de San Gregorio Magno. Un Papa puede conceder el honor a cualquier católico, sea clérigo o lego.
Aunque son totalmente honoríficos, los miembros de la Orden de San Silvestre reciben dos privilegios especiales: un uniforme especialmente decorado, que incluye un sable, y la capacidad de entrar a cualquier iglesia montado a caballo, concretamente la basílica de San Pedro. Los mismos privilegios se confieren a cualquier miembro de la Orden de San Gregorio el Magno.
Aquí tienes más información. En cualquier caso, algo me dice que al personal de limpieza de San Pedro no le agradaría especialmente esta visita.