Tras concluir en la Capilla Sixtina la Misa en ocasión de la Fiesta del Bautismo del Señor, en la que bautizó a 34 niños y niñas, el Papa instó a que el bautismo no se quede sólo en el registro parroquial“La fiesta del bautismo de Jesús invita a cada cristiano a recordar su bautismo. Olvidarse significa exponerte al riesgo de perder el recuerdo de lo que el Señor ha hecho en nosotros”, dijo el papa Francisco durante el Angelus realizado desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico del Vaticano con los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro este domingo 7 de enero de 2018.
Tras concluir en la Capilla Sixtina la Misa en ocasión de la Fiesta del Bautismo del Señor, en la que bautizó a 34 niños de brazos, el Papa instó a que el bautismo no sea considerado un hecho del pasado y sino “como el Sacramento en el que nos convertimos en nuevas criaturas y nos vestimos con Cristo”.
¿Cuál es la fecha de mi bautismo?, preguntó reiteradamente a los fieles presentes y sobre la tarea encomendada de preguntar a sus parientes sino lo sabían.
“También este año, en la fiesta del Bautismo de Jesús, tuve la alegría de bautizar algunos niños. En ellos, y en todos los niños que han sido bautizados recientemente, invoco la protección maternal de la Madre de Dios”, manifestó.
El bautismo: perdonar y amar
Con el bautismo, los fieles pueden “perdonar y amar a aquellos” que los ofenden y les hacen daño. De esta manera, “logramos reconocer en el pasado y en los pobres el rostro del Señor que nos visita y se acerca a nosotros”.
El Obispo de Roma pidió salir de la lógica de los sociológicos sobre el bautismo o presente sólo “en el registro parroquial”. En cambio, el día del bautismo “constituye la tarjeta de identidad vinculante del creyente”, manifestó.
Por último, invocó la protección maternal de María Santísima, para que todos los cristianos comprendan cada vez más el don del Bautismo y se comprometan a vivirlo consistentemente, dando testimonio del amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
En otro momento, rememoró que con la celebración del bautismo del Señor se concluye el tiempo de Navidad.
Jesús hace fila con los pecadores
“Jesús quería recibir el bautismo predicado y administrado por Juan el Bautista en el río Jordán. Fue un bautismo de penitencia: aquellos que se acercaron expresaron el deseo de ser limpiados de los pecados y, con la ayuda de Dios, se comprometieron a comenzar una nueva vida”, comentó.
Explicó que el gesto de Jesús demuestra su “gran humildad”. Jesús que no pecó se pone en la fila de los pecadores para ser bautizado en las aguas del río.
Con este gesto, “Él ha manifestado lo que celebramos en la Navidad: la disponibilidad de Jesús para sumergirse en el río de la humanidad, asumir las deficiencias y las debilidades de los hombres”.
Jesús comparte con los hombres su “deseo de liberación y de superar todo lo que separa de Dios y hace extraños a los hermanos”.
“Al igual que en Belén, también a lo largo de las orillas del Jordán, Dios cumple su promesa de hacerse cargo del destino del ser humano, y Jesús es el signo tangible y definitivo”. “Jesús se hace cargo de nosotros”, abundó.
El Evangelio de hoy enfatiza que Jesús, “saliendo del agua, vio caer los cielos y el Espíritu descendió hacia él como una paloma” (Mc 1, 10)”.
Subrayó que el Espíritu Santo había “trabajado desde el comienzo de la creación y había guiado a Moisés y al pueblo en el desierto, ahora desciende completamente sobre Jesús para darle la fortaleza para cumplir su misión en el mundo”.
El Espíritu es el creador del bautismo de Jesús y también de nuestro bautismo. Es el Espíritu que nos abre los ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad. Es el Espíritu que conduce nuestras vidas en el camino de la caridad”, añadió.
Así, el Papa manifestó que la fiesta del Bautismo del Señor, nos interpela a todos los bautizados. Por eso, preguntó a los fieles: ¿Saben cuál es la fecha en la que fuiste bautizado?. El Papa instó a a los que no lo saben a preguntar a sus parientes. “Es el día del perdón”, aseguró.
“Es el Espíritu quien nos transmite la ternura del perdón divino”, agregó.
Al final del angelus, el Papa saludó a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro, y en particular a los fieles provenientes de Corea del Sur.
“Les deseo a todos un buen domingo y un buen viaje en el año que acaba de comenzar, gracias a la luz que Jesús nos dio durante su Navidad. Por favor, no te olvides de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!”, concluyó.