La novia dejó una silla reservada para su hijo muerto. Pero al ver quién llegó en su lugar estalló en lágrimas
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Hace unos años, Becky Turney, que vive en Alaska (EE.UU.), vivió el peor día de su vida, porque su hijo Triston, de apenas 19 años, murió. A pesar del gran dolor que sentía a causa de su pérdida, Becky siguió adelante con su vida.
Dos años después, se casaba con el hombre de sus sueños, Kelly Turney. En ese día tan especial, no podía olvidarse de su hijo, así que Becky dejó una silla reservada para él, con este mensaje:
Estoy en el cielo para tu boda, ¿qué puedo hacer? Iré a la tierra para estar contigo. Por eso, resérvame un lugar, sólo una silla vacía. No podrás verme, pero estaré allí.
Pero la sorpresa que su novio le había preparado para ese día tan especial la dejó literalmente sin palabras y muy emocionada. Algunos minutos antes de que se celebrara la ceremonia, un hombre se presentó a la novia. El joven de 21 años se llama Jacob Kilby, y fue a la boda especialmente para conocer Becky, pues vive en San Diego (California). Cuando ella le vio, empezó a llorar, pues comprendió de qué se trataba.
Dos años atrás, cuando su hijo murió, ella autorizó la donación de sus órganos. Ese gesto lindo que Becky tuvo, ayudó a salvar cinco vidas. Una de esas personas era Jacob, quien en 2015, en octubre, recibió el corazón de Triston. El novio planeó y organizó ese encuentro durante meses, pues que Jacob estuviera presente durante la boda significaba que una parte de Triston estaría con ellos.
El momento del encuentro entre los dos fue emocionante. Ella pudo volver a escuchar el corazón de su hijo con la ayuda de un estetoscopio. Aunque no estuviera presente físicamente, su corazón estaba allí.
Emocionada, Becky contó: “Yo estaba fuera de mí. Lloré como una niña, no paraba de saltar. Fue increíble. Nunca me dieron una sorpresa así. Siempre he abierto los regalos de Navidad antes de hora. Que él consiguiera hacer esto sin que yo lo supiera es increíble”.
Jacob nació con un síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, tuvo que pasar por varias cirugías, la primera con sólo dos años de edad. En 2015 sufrió un ataque cardíaco. Ese mismo año, Jacob recibió el corazón de Triston con éxito. “Todos dejamos nuestra huella en el mundo, pero ver como Triston cambió la vida de Jacob es increíble. Me hizo sentir tremendamente orgullosa”, contó Becky.
Kelly, su flamante esposo, espera que con esa linda sorpresa, muchas personas de todo el mundo den más importancia a la donación de órganos, que sirva de ejemplo, y ayude a salvar otras vidas. “Es la actitud más altruista que se puede tener. Además, invitamos a que la familia de los donantes y los receptores se conozcan, pues ayuda mucho a curar el luto”, dijo Kelly. Según Becky, “el vínculo que se crea entre las familias de los donantes y los receptores dura toda la vida”.
Noticia publicada por O Noticioso y reproducida por la edición portuguesa de Aleteia