Un coro canta en las calles de Alepo “El himno a la alegría”. En cualquier otra gran urbe del mundo no sería noticia pero, en una que pasó 4 años asediada por las bombas y dividida en dos con presencia de radicales yihadistas, es una noticia que llena de esperanza.
Esta será la segunda Navidad que los alepinos podrán volver a la catedral maronita después de 4 años sin haber podido celebrar en el templo el Nacimiento de Cristo. La catedral de San Elías, situada en la plaza Germain Farhat del cristiano barrio de Jdeydeh, había incluso perdido su techo como consecuencia de la contienda. Se encontraba en primera línea de batalla entre las facciones yihadistas y de rebeldes que combatían en Alepo Este contra las fuerzas gubernamentales de Alepo Oeste.
Pero desde hace un año la situación es distinta y, aunque la guerra no ha terminado en Siria y se combate en los alrededores de Alepo, los cristianos de la ciudad al menos pueden vivir su fe sin el miedo de los años anteriores.
El domingo día 3 de diciembre salieron a las calles junto con sus pastores, -entre ellos el nuncio en Damasco, el cardenal Mario Zenari-, para inaugurar el carillón de la catedral restaurado gracias a L’OEuvre d’Orient, una asociación humanitaria francesa de ayuda a los cristianos de Oriente. Los obispos bendijeron el carillón mientras sonaban sus campanas y después el coro de la catedral entonó a capella la Novena Sinfonía de Beethoven después de cantar a la Virgen María.
Donde el ruido de las bombas intentó acabar con la esperanza, la música llegó como un bálsamo para curar las heridas de una ciudad martirizada que, sin embargo, quiere cantar a la alegría.
Hoy celebramos a...