Resistente al agua y transpirable, la fibra podría frenar la fabricación de tejido artificial. Sin embargo, el proceso es altamente costoso.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El loto, símbolo de pureza divina en Asia, es una de las flores que aparecen con más frecuencia en la moda oriental. Sin embargo, hasta hace menos de 5 años, solo estaba reservada a los exquisitos trajes tradicionales de países como Mianmar (antigua Camboya) o Tailandia, y a tejidos del sector del lujo.
Ideal para el sector deportivo
Es cierto que su alto valor en el mercado no es fruto del capricho sino del largo y costoso proceso que lleva a la elaboración de las fibras. El tejido del loto, sin embargo, apunta a ser una alternativa ecológica a algo que es muy demandado en la actual sociedad: bajo una apariencia de fragilidad y de ligereza a medio camino entre la seda y el lino se ocultan cualidades naturales tan positivas como la resistencia al agua o el ser anti manchas, transpirable, que no se arruga y es suave al tacto.
La naturaleza nos da en el loto todo lo necesario para poder prescindir de la fabricación de tejidos artificiales que hasta el momento son los más demandados, sobre todo en el sector deportivo. El sello “Water resistant” podría pasar a ser eco si el loto fuera fácil de cultivar. Pero no es así, al menos por el momento.
Las cifras son desalentadoras y dan idea de la exquisitez y la minuciosidad que entraña un tejido de loto. Para fabricar un metro de tela se necesitan unos 32.000 tallos de loto. Unas 25 mujeres tardan aproximadamente un mes y medio en fabricar 90 metros sin producir residuos ya que los “restos” se utilizan para preparar infusiones y tes.
La cosecha se hace en tres días en el caso de buscar los mejores resultados del vegetal. Las fibras que se obtienen al cortar los tallos son lavadas y puestas a secar. Posteriormente se hilan a mano en telares tradicionales.
Un gran potencial
Fue un francés, Awen Delavel, quien relanzó la investigación de posibles aplicaciones del loto a la moda sostenible a través de The Lotus Center (Battamabang, Camboya). Lo hizo para su marca Samatoa, que es una de las pocas en el mundo que trabaja con este vegetal, crecido bajo el agua. Delavel considera que el loto “tiene un gran potencial”.
Por otro lado, la famosa marca de lujo italiana Loro Piana, hizo público recientemente a través de su CEO, Pier Luigi Loro Piana, que la firma incorpora a su catálogo la marca registrada Loro Piana Lotus Flower Fabric, una suerte de fibra mejorada en Myanmar, para sus prendas de sastrería.
Lograr que esta fibra y el tejido ecológico resultante sean un negocio sostenible y a la vez rentable no es fácil, pero cabe la esperanza ya que el loto, además de la belleza de su flor, dispone de otras propiedades para hacerse querer en el mercado. Entre ellas, las semillas, que son vendidas por las mujeres recolectoras en Myanmar y que se empaquetan como aperitivos.