Los obispos uruguayos le recordaron al papa Francisco que este maravilloso lugar también requiere atención especial
Se trata de las mayores reservas de agua dulce del planeta compartido por cuatro países de América del Sur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Denominado Acuífero Guaraní –gracias a un geólogo uruguayo que hizo referencia al pueblo originario que lleva el mismo nombre-, la casi totalidad de estas aguas es subterránea y se extiende a lo largo de 1.200.000 kilómetros cuadrados aproximadamente.
Debido a sus dimensiones y sus características –que también se reflejan como proveedor de las aguas termales ubicadas en estos países- son millones los habitantes de esa zona sur de América Latina que dependen de alguna u otra manera de esta gran reserva, además de atravesar importantes centros urbanos de los países en cuestión.

Sin embargo, a pesar de que desde hace unos años existe un Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del Sistema Acuífero Guaraní impulsado por los cuatros países del Cono Sur con el fin de generar un marco institucional compartido para la preservación y de esta gran reserva, la amenaza en cuanto a su contaminación y mal manejo está latente.
Precisamente, sobre este aspecto los obispos uruguayos, que recientemente culminaron la tradicional visita Ad Limina en el Vaticano, pudieron hacerle referencia al papa Francisco sobre la importancia de este acuífero para el planeta y la necesidad de una atención especial.