Vivimos en una sociedad hipersexualizada donde la pornografía campa a sus anchas por internet con cifras de consumo y negocio astronómicas; y donde junto a su otra cara de una misma moneda, la prostitución, distorsionan las relaciones sexuales y degradan la condición de la mujer.
Te puede interesar:
El impacto de la pornografía sobre el matrimonio y la familia
Sin embargo, contrariamente a lo que podría parecer, se produce la paradoja de que en la sociedad más sexualizada de la historia se tienen menos relaciones sexuales que hace 25 años. Así lo constata un estudio que muestra cómo, entre 1989 y 2014, hubo casi diez veces menos de relaciones sexuales por año en Estados Unidos.
Las razones que explican esta aparente contradicción son diversas y todas ellas tienen que ver con el descenso de la natalidad en los países más avanzados de Occidente, que en el caso de España se cronifica. Entre ellas, hay que destacar el aumento de singles y separaciones, el rechazo o retraso de la maternidad, el auge de la tecnología, y el consumo de porno y sexo virtual.
A cada año que pasa, menos sexo se practica
El estudio, uno de los cuantitativamente más amplios elaborados hasta la fecha sobre la evolución de la frecuencia de las relaciones sexuales, muestra también que, entre 1995 y 2014, la práctica de relaciones sexuales fue de unas 12 veces menos al año, como se puede observar en el siguiente gráfico, reproducido a partir de la información publicada por el diario La Vanguardia el pasado domingo, 5 de noviembre.
Si nos remontamos más atrás, “el americano medio nacido en 1990 (millennials) tiene sexo seis veces menos al año que los nacidos en la década de 1930 (generación silenciosa)”, añade el informe en sus conclusiones.
“A las diez de la noche ahora hay muchas más cosas que hacer en casa”, destaca la psicóloga Jean M. Twenge, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de San Diego y directora del estudio, que afirma que los matrimonios tienen cada vez menos sexo y que si no se tiene pareja estable la frecuencia de media tampoco mejora de forma significativa, incluso empeora.
La práctica sexual por edades, sexo o estado civil
Por otra parte, el estudio analiza la frecuencia de las relaciones sexuales según la edad, en relación a si se es hombre o mujer, por el estado civil y por la situación en los hogares.
Así, en los últimos 25 años y en casi todas las franjas de edades que se pueden ver en este otro gráfico se ha producido un descenso de la práctica del sexo, salvo un ligerísimo aumento entre los 40 y 49 años, que pasan de las 62,8 veces a 63,2; y entre el colectivo de más de 70 años, que pasa de 9,7 a 10,9.
Pero, la caída más acusada se produce entre los 50 y 59 años, que pasan de 46,3 a 38,3 en el número de veces que practican sexo. En cuanto a las otras franjas: entre los 19 y 29 años (81,3-78,5); entre 30 y 39 (80,3-77,8); y entre 60 y 70 años (27-25), con lo que las caídas no son tan espectaculares.
En cuanto al sexo y el estado civil, los datos del estudio son reveladores. Los descensos de relaciones sexuales más marcados son entre las mujeres, que han pasado de 56,7 veces practicando sexo al año a 49,2, es decir 7,5 veces menos; mientras los hombres descienden de 64,8 a 58,9 (5,9 veces menos), como se ve en el gráfico de la izquierda.
Por estado civil, estos son los resultados en cuanto al descenso de veces en que se practica sexo: los que lo acusan más son los casados, con 11,4 veces menos (de 67,3 a 55,9); seguidos de los divorciados con 9,7 veces menos (55,9 a 46,2); y aumentan ligeramente los solteros (de 49,7 a 51,3) y los viudos (8,4 a 10,2).
Al analizar la situación en el hogar, el informe muestra que en todas las situaciones hay una merma: la mayor es entre quienes viven con el cónyuge, 16,4 veces menos (66,9-50,5); los que viven en pareja sin estar casados, 6,8 veces menos (93-86,2); casados o parejas que no viven juntos, 9,5 veces menos (84,4-74,9); y sin pareja estable, 3,9 veces menos (36,8-32,9), como se ve en el gráfico de la derecha.
Un cóctel para tener menos sexo
Ante este escenario, cabe preguntarse cómo es posible que las relaciones sexuales vayan a la baja en una sociedad hipersexualizada, donde el sexo está omnipresente en prácticamente todas las actividades culturales y comunicacionales y cada vez a edades más tempranas.
Del mismo estudio se pueden extraer algunas conclusiones que tienen que ver con lo mencionado anteriormente: el aumento de personas que eligen vivir solas, los llamados singles; el incremento de las separaciones; el rechazo a la maternidad o el retraso en la edad en que ellas deciden ser madres; la irrupción de la era más tecnológica de la historia; y el exagerado consumo de pornografía y sexo virtual.
En este cóctel de situaciones que merman las relaciones sexuales hay que destacar que en las sociedades modernas cada vez hay más singles, bien sea porque son solteros, están divorciados o tienen parejas muy esporádicas. Así, a menor número de parejas, menos sexo. Y a estos se añaden las parejas que empiezan a vivir juntas más tarde, cuando ya de por sí hay una menor actividad sexual.
“Este fenómeno pasa en todas las sociedades altamente tecnificadas, es global en el mundo desarrollado”, asegura el profesor Camil Andreu Castelo-Branco, director del Máster en Sexología Clínica y Salud Sexual de la Universidad de Barcelona.