Compitiendo con las compresas y los tampones, la copa menstrual está cada vez más en el mercado. Aquí dispones de información para estudiar si te convence y se adapta a tus necesidades.
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En la conversación pública sobre productos y servicios para la mujer, la copa menstrual aparece cada vez con más fuerza. Las defensoras de su uso son un sector creciente pero las detractoras se hacen oír también. ¿Es sucio? ¿Es insano? ¿Es por encima de todo una decisión económica?
El caso es que la copa menstrual ha llegado para quedarse: ha aumentado notablemente la demanda y si antes se encontraba en ferias y tiendas de productos naturales, hoy por hoy se vende en los hipermercados, incluso a través de marcas blancas que abaratan el precio.
Numerosos ginecólogos se muestran a favor de este producto, en competencia directa en el mercado con las compresas y los tampones. La presidenta de la Sociedad Catalana de Ginecología, Elena Carreras, coordinadora del Servicio de Obstetricia y Ginecología Reproductiva del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), manifiesta su total apoyo al empleo de la copa menstrual y asegura que “aunque es desconocida tiene muchas ventajas”.
La escasez de información fiable, sin embargo, hace que muchas mujeres se pregunten si es realmente mejor emplear la copa y dejar de usar los sistemas que hasta ahora venía empleando. El factor económico también cuenta, cómo no: la copa menstrual puede suponer un ahorro importante en la cesta de la compra en comparación con los tampones o las compresas.
Qué es y cómo funciona la copa menstrual
Es un recipiente fabricado en silicona quirúrgica que se introduce en el interior de la vagina (como un tampón) durante la menstruación. La copa se pone en contacto con las paredes vaginales de la mujer y recoge así el flujo menstrual en su interior. Las hay en distintas medidas, según el flujo de cada usuaria, y pueden llegar a llevarse ininterrumpidamente durante más de 8 horas.
Es importante que la copa que decidas utilizar cuente con registro sanitario y sea de silicona quirúrgica. Ojo, por tanto, a la venta on line, de productos “made in China” que ofrecen un precio inferior pero no aseguran la calidad del material.
Para su colocación, la mujer debe introducir sus dedos en la vagina e instalar la copa en la zona inferior de la misma. Al ser de silicona, la copa es flexible y se adapta. Cuando la mujer considere que está llena la copa, la debe retirar y vaciar su contenido, que será el flujo menstrual. A continuación debe lavarla con agua y jabón. Al finalizar el ciclo, la copa menstrual se tiene que esterilizar (hervir en un recipiente con agua potable) y guardar hasta el mes siguiente.
Ventajas
1. La copa menstrual no interfiere en el ciclo de la mujer. No agrega ningún producto al organismo y tan solo pone en contacto con las paredes de la vagina la silicona, que es un polímero artificial. Si es silicona quirúrgica (o también llamada de grado médico) significa que ha pasado el control sanitario para que pueda emplearse sin correr ningún riesgo.
2. La silicona quirúrgica es hipoalergénica, por lo que puede utilizarla cualquier mujer porque no produce alergias.
3. La copa tiene larga vida. Puede durar como mínimo un año y como máximo unos diez años. Solo hay que preocuparse de las condiciones higiénicas en las que se usa y en las que se conserva entre regla y regla para que no se produzcan infecciones o deterioro del material.
4. Supone un beneficio para el medio ambiente. No puede decirse que sea cien por cien ecológica ya que, como hemos dicho, la copa menstrual está fabricada con silicona y por tanto es un polímero artificial que no va a poder desintegrarse hasta transcurridos varios siglos. Sin embargo, el uso de la copa menstrual permite dejar de consumir tampones o compresas, que dejan un impacto muy superior en la naturaleza.
¿Sabes cuánto tarda en descomponerse una sola compresa o un tampón? Dependerá de la cantidad de material orgánico que contengan pero por término medio, un tampón o compresa tardará en degradarse entre 300 y 400 años.
5. El uso de la copa menstrual es mucho más económico que el de las compresas desechables o los tampones. El precio de la copa oscila entre los 9 y los 25 euros. En comparación con el gasto que suponen los tampones o las compresas descartables, en dos o tres meses ya se ha amortizado. Puede fácilmente producirse un ahorro de unos 50 euros anuales.
6. La copa menstrual puede revolucionar la situación de la mujer en África. En muchos países hay dificultades para que las muchachas puedan adquirir compresas, por lo que se ven relegadas a quedarse en su casa los días de la menstruación. Entonces no pueden ir a la escuela por lo que se produce un importante déficit educativo. La posesión de una sola copa menstrual acabaría con este problema de raíz. Habría que luchar entonces contra otro problema, vinculado el extremismo religioso, y es la consideración del flujo menstrual como impureza, lo que obliga también en ciertas regiones del mundo a que la mujer quede confinada al hogar en los días de la regla.
7. Evita la posibilidad de padecer el Síndrome de Shock Tóxico. Este síndrome es muy infrecuente pero puede darse (y provocar la muerte) con el uso de tampones que contengan SAP, que es un material (polímero) superabsorbente. Empresas como Tampax, O.B o Silvercare dejaron de usar SAP en sus tampones pero todavía hoy siguen alertando sobre el peligro del síndrome.
El fabricante de Tampax, Procter & Gamble, publicó la composición de los tampones en 2015, movido por la fuerte presión de la opinión pública tras varias muertes por el Síndrome del Shock Tóxico. El tampón que absorbe el flujo menstrual está en contacto con el organismo durante horas y puede crear un caldo de cultivo que desequilibra la flora vaginal, deshidrata las mucosas y fomenta el crecimiento de bacterias y microorganismos.
En el caso de las compresas, las más vendidas tienen un núcleo de celulosa (airlaid) mezclada con SAP ya que este material retiene 800 veces su peso en líquido. Sin embargo, no se han producido casos de Síndrome de Shock Tóxico causado por compresa.
Las mujeres somos cada vez más conscientes de que debemos conocer nuestro cuerpo y queremos información veraz sobre los productos y servicios que nos ofrece el mercado. Queremos disponer de datos que faciliten nuestras decisiones en torno a la salud presente y futura.
8. La copa menstrual no araña las paredes vaginales ni seca la mucosa. Tampoco deja restos de fibras (como es el caso de los tampones y las compresas) en el interior del cuerpo de la mujer.
9. Da más libertad de movimiento a la mujer en zonas de conflicto. Durante la guerra o en períodos de crisis, para la mujer puede resultar penoso y duro tener que buscar compresas o tampones. Con la copa menstrual, podría encontrarse en una situación de independencia mucho mayor. Lo mismo puede decirse de países pobres o con falta de comercio. Tal es el caso de Venezuela, Siria o Pakistán en la actualidad.
10. Tiene un beneficioso impacto ecológico. Frena la deforestación ya que se abandonaría el procesamiento de madera para obtener celulosa, que es el material principal en la fabricación de compresas y tampones. También se evita el uso de productos químicos blanqueantes empleados en los tampones y compresas.
Mitos a romper:
- La copa menstrual no es un anticonceptivo.
- La copa menstrual no hace perder la virginidad ni rompe el himen de la mujer.
Desventajas
1. Puede costar encontrar el tamaño de copa que necesitas. Casi todas las marcas fabrican diversas tallas de copa, pero realmente solo la usuaria acaba comprobando cuál es la que se ajusta más a su necesidad: por la cantidad de flujo que acumula en unas horas, por el tiempo que ha de pasar hasta que la usuaria pueda vaciar la copa… En cuanto a cuestiones físicas, algunas marcas orientan y así encontrarás tallas con especificaciones (“para mujeres que han tenido hijos”, por ejemplo). En cualquier caso, es frecuente encontrar en las redes sociales comentarios de blogueras en los que comentan abiertamente que tuvieron que comprar más de una copa hasta dar con la talla adecuada. También puede guiarte el tallaje que usas para compresas o tampones.
2. La higiene puede resultar incómoda y difícil de conseguir. Cada vez que se vacía la copa, esta se ha de introducir de nuevo en la vagina, pero previamente se recomienda lavarla con agua y jabón. Esto obliga a que la mujer solo pueda cambiarse en un lugar donde disponga de lavabo. A veces no es tan sencillo, puesto que en muchos entornos laborales puede haber varios váteres cerrados y al mismo tiempo lavabos comunes a la vista. No resultaría agradable tener que andar con la copa menstrual sucia hasta el lavabo después de haberla vaciado en el váter.
Si ya la compresa o el tampón hace que fácilmente la mujer se manche las manos con la sangre del flujo, en el caso de la copa menstrual esto es inevitable. La usuaria ha de retirar la copa menstrual de la vagina con los dedos y debe volver a colocarla en la vagina del mismo modo, para lo cual el contacto con las paredes vaginales es muy fácil aunque la copa esté dotada de una pequeña tira final para poder extraerla más fácilmente.
3. La higiene queda (con dificultades) en manos de la mujer. Cada usuaria ha de ser más consciente de cuántas horas necesita para llenar la copa menstrual. Lógicamente cada día será distinto y ahí hay que hacer un esfuerzo por conocerse (incluso tomando nota de los horarios). Ha de saber la usuaria también que cuanto antes la vacíe, menos posibilidades hay de infección mientras que si la sangre se acumula innecesariamente, puede haber foco de infección en el interior del organismo.
Por eso conviene conocerse, conocer tu organismo y tu flujo menstrual, y al mismo tener voluntad de utilizar la copa menstrual de la forma más higiénica posible. No es recomendable guardar la copa sucia ni reutilizarla sin haber procedido a un lavado con agua y jabón.
4. La copa menstrual no es biodegradable. No es cien por cien ecológica, aunque se vende a menudo en tiendas de productos “naturales”. No lo es. Es de silicona, un polímero. Sin embargo, hace que no se empleen tantas compresas ni tantos tampones. La silicona, además, no es tóxica para el medio ambiente.
¿Existen otras alternativas?
Después de conocer la copa menstrual, hay quien se puede preguntar si este es el único método alternativo a las compresas y los tampones o si, por el contrario, podemos contar con otras opciones. La respuesta es que sí existen otras alternativas: son las esponjas naturales y las compresas de tela lavables. Pero, como en el caso de la copa menstrual no todo es blanco o negro. Otro día hablaremos de ellas para que conozcan a fondo su utilidad y también sus desventajas.