“Ser un voluntario (a) de la Dirección del Parque Nacional Galápagos es una oportunidad de conocer, participar y colaborar directamente en las acciones de manejo para la conservación del primer Patrimonio Natural de la Humanidad, y trabajar por el desarrollo sustentable de la Provincia”.
Cualquiera que ingrese al sitio de la Dirección Nacional del Parque Nacional Galápagos (Ecuador) en la sección “voluntarios” podrá toparse con estas líneas, un pequeño esbozo de una oferta que parece estar más latente que nunca en Ecuador: convertirse en cuidador de la “casa común” (“Laudato Si”).
Es que en este país sudamericano, zona del mundo repleta de áreas protegidas y lugares para cuidar de la flora y la fauna, el interés de jóvenes por la preservación se manifiesta en este tipo de ofertas, reproduce un reportaje publicado en El Comercio.
En ese sentido, Walter Bustos, director del Parque Nacional Galápagos, ubicado en el famoso archipiélago ecuatoriano, que este lugar recibe alrededor de 70 voluntarios al año para participar tanto de actividades administrativas como técnicas. Pero lo principal es que estas personas puedan involucrarse y “trabajar por el desarrollo sostenible de la provincia”.
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