Como si fuese una parada necesaria en el ascenso al paraíso, la gruta de las Virgen de las Nieves en la ciudad de San Carlos de Bariloche es decididamente uno de los centros de peregrinación marianos más conocidos de la Patagonia Argentina. Ubicada en uno de los puntos de intersección más importante, cuando comienza el ascenso al cerro Catedral en una ruta que uno los maravillosos lagos Nahuel Huapi y Gutiérrez, es tanto para el barilochense como para el turista de la ciudad visita obligada.
Empotrada sobre una pared de viejo ladrillo, pero arropada por las rocas de la montaña, la Virgen de las Nieves lleva en sus brazos al niño Dios, quien en su mano sostiene las Sagradas Escrituras. Sólo la dorada aureola de María irrumpe con el blanco nieve de la imagen, a cuyos pies se llega tras subir una empinada escalera rodeada de imponentes y añejos árboles.
Este fin de semana tendrá lugar en su gruta la XXIV Peregrinación a la Virgen de las Nieves en Bariloche. Las actividades comenzarán el sábado 28 de octubre con un encuentro de adultos mayores y enfermos, y un encuentro artístico preparatorio para jóvenes y adolescentes frente a la catedral.
Ya el domingo, las columnas de las comunidades partirán hacia la gruta a las 8.45, para, tras un por momentos paradisíaco camino, celebrar la Misa en el descampado aledaño a la Gruta a las 12. Es que si uno camina desde el centro de la ciudad, o mejor aún desde el Llao Llao hasta la Gruta por la avenida Exequiel Bustillo, circunda la orilla del inmenso Lago Nahuel Huapi, uno de los más bellos y emblemáticos lagos de la Patagonia del lado argentino.