Una pequeña cinta con mucho significado
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El 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama y es común ver a muchas personas (sobre todo mujeres) usando un pequeño lazo rosa en su indumentaria, ¿pero sabes realmente por qué es un lazo y por qué es de color rosa? Además, ¿qué tiene que ver Evelyn Lauder (sí, la de la famosa marca de belleza) con esta iniciativa?
La idea de los lazos empezó a principios de los 90s como símbolo de la prevención y apoyo. En aquella época, había una canción de marcha llamada “Tie a yellow ribbon” (Amarra un lazo amarillo), la cual inspiró a Penney Laingen, esposa de un rehén americano en Irán, a usar lazos amarillos para mostrar apoyo no sólo a su esposo, sino a todos los rehenes y sus familias.
Poco tiempo después, los activistas de la lucha contra el VIH, viendo el impacto que causaron los lazos amarillos para mostrar apoyo a los soldados, se preguntaron: “¿Y qué hay de los que llevan una lucha aquí en casa?” Tiñeron lazos de color rojo (por ser el color de la pasión), los repartieron y se hicieron realmente famosos cuando el actor Jeremy Irons puso uno en su traje durante unos Tony Awards.
Entonces los lazos de colores se habían impuesto como una forma de mostrar apoyo a una causa… Incluso, el New York Times declaró el año 1992 como “El Año del Lazo”.
El lazo original contra el cáncer de mama
Charlotte Hayley, una mujer que había batallado contra el cáncer de mama, introdujo por primera vez el concepto de usar lazos en la lucha contra este padecimiento. Pero estos lazos no eran rosados, sino de color durazno. Además, los entregaba con una nota que decía: “El presupuesto anual del Instituto Nacional de Cáncer es de 1.8 billones de dólares, pero sólo el 5% va para la prevención. Ayúdanos a despertar a nuestros legisladores y a los Estados Unidos usando este lazo”.
Hayley hizo un trabajo impresionante repartiendo sus lazos y tarjetas a miles de personas, desde a mujeres en los supermercados hasta Primeras Damas. El boca a boca funcionó de maravilla y pronto mucha gente hablaba de estos lazos.
La información llegó hasta Alexandra Penney, editora en jefe de la revista Self, quien en ese momento (1992) estaba trabajando en una edición especial de la prevención del cáncer de mama. Penney contactó a Hayley para hacer algo juntas, pero a ella le pareció que la iniciativa de la revista era demasiado comercial y rechazó el proyecto.
Pero no todo quedó allí, pues en esa edición de la revista Self había una editora invitada muy importante, una mujer que había logrado vencer el cáncer de mama y esposa de uno de los empresarios más importantes del mundo cosmético: Evelyn Lauder.
A ambas les gustaba la idea que había tenido Hayley de repartir lazos, pero por cuestiones legales debieron cambiar el color y lo hicieron al rosado. Primero por ser un color sumamente femenino, tomando en cuenta que las mujeres somos más propensas a padecer este tipo de cáncer; y segundo, porque ya Susan G. Komen, con su fundación de cáncer de mama, había repartido lazos rosa en su carrera anual en Nueva York (inspirada en el lazo rojo del Sida).
Penney y Lauder quisieron repartir lazos rosas con la edición de ese mes; no obstante, a la editora en jefe le pareció poco práctico ponerlos en la revista como tal, así que Lauder ofreció los counters de la marca para este propósito y le dio fama mundial al lazo rosa.
Evelyn Lauder creó una fundación para seguir recaudando millones de dólares para la lucha en contra de esta enfermedad y se alió con varias artistas, siendo Elizabeth Hurley la mayor embajadora, para propagar masivamente su mensaje. Hoy en día, a pesar de su desaparición física (murió en el 2011 por complicaciones derivadas de un cáncer de ovarios), la marca sigue apoyando y haciendo productos especiales para recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama.
Nosotras, como mujeres, también podemos aportar nuestro granito de arena de varias maneras. De no poder colaborar económicamente (puede ser hasta inscribiéndote en una caminata benéfica), puedes ser voluntaria en alguna fundación o, aún más importante, dar el ejemplo haciéndote el examen anual (o auto-examen, según sea el caso por la edad) y aupando a tus familiares, amigas y compañeras de trabajo a hacer lo mismo, ya que la detección temprana es determinante a la hora de tratar el cáncer de mama. ¡Unidas siempre somos más fuertes!