Entre todos poniendo nuestro granito de arena podemos colaborar a mejor nuestro medio ambiente y a su vez ayudar a que muchas personas puedan irse a dormir sin hambre.Hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este año tiene como lema: “Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural”.
Es una manera de que todos luchemos contra el hambre y asegurarnos de que todas las personas y familias accedan y tengan alimentos diariamente en su hogar.
Porque no debemos olvidarnos que la alimentación es un derecho de todos, que además este alimento debe ser suficiente (para toda la población), accesible (todos deben poder obtenerlo), estable y duradero (debe estar disponible y accesible en todas las circunstancias incluyendo catástrofes) y debe ser salubre (o sea consumible e higiénico).
Pero increíblemente son una más de los 800 millones de personas (1 de cada 9 personas) que diariamente se acuestan con hambre, porque no tienen los medios para llevar a sus familias el alimento. A pesar de que producimos suficientes alimentos para sustentar a todos las personas que viven en este planeta.
Actualmente unos de los que más están padeciendo esta situación son los migrantes. Porque esas personas que se marchan de sus hogares no siempre lo hacen por un nuevo trabajo o estudios, sino que son obligadas por distintos eventualidades como guerras, o desastres naturales que destruyen sus casas.
Para combatir este gravísimo problema 193 países se han comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para acabar con el hambre y la malnutrición para el 2030. Algo un poco difícil ya que según datos del reciente informe elaborado por la FAO y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) muestran un aumento alarmante de las personas que sufren hambre en América Latina y El Caribe en el 2016, por lo tanto es responsabilidad de todos ayudar a lograrlo.
¿Cómo podemos ayudar nosotros?
Desde los gobiernos, comenzar a abordar el cambio climático seriamente y trabajar para resolver los conflictos que obligan a la gente a huir de sus hogares. Así como también tratar de ofrecerles alternativas a la migración, siempre que sea posible, proporcionando nuevas y mejores oportunidades de trabajo en casa.
Desde la población, cambiar algunos hábitos cotidianos simples provoca un daño sobre nuestro clima. Si queremos convertirnos en la generación Hambre Cero, la primera generación que haga desaparecer el hambre del planeta, debemos seguir cultivando alimentos inocuos y nutritivos para todos en el planeta, para ello tenemos que proteger nuestros recursos naturales como la tierra, el agua, los animales y las plantas.
Y nosotros también podemos hacer mucho
Evita desperdiciar agua, tomando duchas cortas, cerrado el grifo o canilla para lavarse los dientes, regar las plantas del jardín usando agua de lluvia recogida o llenar la lavadora con una carga completa.
Una comida con carne menos en la semana, e incluir mas comidas con vegetales y legumbres, ya que para brindarle alimento al ganado se necesita más recursos naturales como el agua y más pastizales que para las plantas y legumbres.
Consumir los peces que abundan más, como la caballa o el arenque y menos atún o bacalao que son especias que están amenazadas por la sobrepesca. O también comprando pescados ecológicos capturados o criados de forma sostenible.
Planificar en familia las comidas, de manera no solo se ahorra dinero sino también se desperdician menos los alimentos.
Hacer un uso responsable de los alimentos preparados, utilizar la conservación de alimentos en el congelador por ejemplo para aquellas preparaciones que sobraron o transformarlas en otro plato para otro día. No tirarla nunca.
Comprar también frutas y hortalizas de aspecto poco atractivo, muchas veces están en buen estado y con todos sus nutrientes y como nadie las compra luego las tiran a la basura. Siendo de utilidad para distintas preparaciones y seguramente estén a buen precio.
Almacenar de forma correcta los alimentos, seleccionar cuales van a la despensa, al refrigerador o al congelador. Si están abiertos utilizar recipientes herméticos o paquetes cerrados para mantenerlos en buen estado.
Realizar huertos, ya sea en la escuela, en el jardín o balcón de tu casa, o tal vez un huerto comunitario de manera colaborar con el medio ambiente además del aprendizaje.
Utilizar los desperdicios. Si tienes huertas o plantas puedes reciclar haciendo un compost con las cáscaras de frutas y hortalizas. Es una manera de reciclar alimentos a la vez que se brinda al huerto muchos nutrientes.
La alimentación es un derecho que tenemos todos los seres humanos, ya que es un elemento esencial sin el que no podemos vivir. Entre todos poniendo nuestro granito de arena podemos colaborar a mejor nuestro medio ambiente y a su vez ayudar a que muchas personas puedan irse a dormir sin hambre.