¿Al manifestar el deseo de quedarse en casa, las mujeres estarían rechazado al mundo moderno?
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“Oh, yo seré una mamá que se quedará en casa”, dice la mujer, rodeada por otras mujeres en el café de la tarde. Todas están de acuerdo, dando la aprobación que muchas mujeres buscan en nuestros días.
Queremos reconocer el valor de permanecer en casa y darnos a la familia. Pero a pesar de ciertos avances que el feminismo ha traído a las mujeres, no trajo el reconocimiento de la misión de cuidar de la casa y los hijos.
En ese sentido, ¿al manifestar el deseo de quedarse en cada, las mujeres estarían rechazado al mundo moderno?
Déjame explicarme mejor…
Esta no es la primera vez que oigo a mujeres solteras y sin hijos proclamar su deseo de ser mamás que se quedan en casa, yo lo hice. Pero después de casarme y tener a mi hijo el año pasado, me di cuenta de una falla en la conversación: ésta deja afuera al marido.
Gran parte del feminismo moderno defiende a la mujer independiente. Esta narrativa hunde sus raíces en la autonomía – animando a las mujeres a perseguir “aquello que quieren” – pero también se basa en un idealismo.
Las mujeres jóvenes reflexionan sobre quiénes son y cuál es su meta ideal. Para algunas, esa meta es ser una mamá que se queda en casa para cuidar de sus hijos pequeños. Sea porque a ellas realmente les gustan los niños o las actividades relacionadas con el hogar o que pueden ser llevadas a cabo desde casa, o por alguna otra razón.
Pero la verdad es que el matrimonio es una vocación de dos personas – no sólo de una. Y creo que existe el peligro para las mujeres si ellas compran la idea de una “meta ideal y perfecta” como expectativa frente al matrimonio. Porque, hasta encontrar al hombre con quien te vas a casar, tú no sabes realmente cómo será tu matrimonio.
¿Y si es un abogado que tiene un salario alto, pero un horario imprevisible? ¿Y si trabaja por proyecto y no tiene plan de salud?¿Y si tuviera una dificultad cognitiva o física que volviera el trabajo a tiempo completo difícil o inestable?¿Y si desea ser voluntario contra la miseria y viajar frecuentemente para cuidar de los pobres? ¿Y si él quisiera también quedarse en casa con los hijos?
La cuestión es que el matrimonio implica a la pareja. Y nunca hay que olvidarse de eso.
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Nosotros hemos recorrido un largo camino hasta aprender que las mujeres pueden, si quieren, en nuestros días, ser mamás que se quedan en casa, o pueden trabajar a tiempo completo, o pueden trabajar medio día, o una combinación de ambas.
Ahora sólo necesitamos recordar que hay que poner el matrimonio dentro de la conversación.
Artículo originalmente publicado en FemCatholic y adaptado en Aleteia con permiso expreso del autor